Se trata de que los chavales lo pasen bien y disfruten del deporte y de la naturaleza.
Caminar no tiene que ser una tortura para ellos.
Empezamos con excursiones suaves con los Castores y Lobatos, un poco más atrevidas con los Rangers y con los Pioneros y Rutas ya podemos marcarnos muchos retos.
Todo es cuestión de aprendizaje y acostumbrarse, algo difícil cuando los chavales son pequeños.
Pero no desesperéis, aquí tenéis algunos truquitos para que la ruta con vuestros castores y lobatos no sea un infierno.
Ni para ellos ni para vosotros…
1. Con la calma…
Se aconseja seguir un ritmo lento pero constante y hacer descansos cortos y frecuentes.
Aunque eso requiere tener un control riguroso del tiempo para evitar terminar muy tarde, seguir un ritmo correcto y tomar descansos suficientes les da energía para recuperarse y no sufrir durante la ruta.
2. Comer bien y más a menudo
Suelen decir que un niño que está de mal humor es porque está hambriento.
Ellos no tienen las mismas calorías y energía que una persona adulta y por eso se les nota antes que están cansados.
Conviene cuidar la alimentación, que no sea abundante pero si frecuente.
Traer comida que les gusta, como chocolate, frutos secos, fruta, barritas energéticas… es muy importante.
¡Y agua! No olvidemos que la hidratación es tan o más importante que la alimentación.
3. Observar y escuchar
Es necesario estar atentos a las necesidades de nuestros chavales.
Así como discernir entre los comentarios quejicas y los que son de verdad.
Por otra parte, es importante marcarse objetivos, pero no obsesionarse con ellos.
Esto significa que si vemos que algún chaval necesita un stop para recuperarse, paramos unos minutos.
En muchas ocasiones no pasará nada por llegar una hora más tarde de la prevista.
4. Hablar y cantar
Una ruta o una excursión es un buen momento para conocernos todos un poco más.
La tranquilidad y relajación que nos da el contacto con la naturaleza nos hace más desinhibidos.
Aprovechad para charlar con vuestros chavales, hacer juegos de palabras, cantar en grupo.
Interesaos por sus aficiones, qué hacen fuera de los scouts.
Explicad cuáles son los árboles que hay a su alrededor, como se llama el parque natural por el que estáis paseando, su historia…
De esta forma no sólo estaréis disfrutando de un buen día al aire libre, también estableceréis vínculos más íntimos.
5. Animarlos a seguir adelante
Tarde o temprano llegará el momento en el que las fuerzas empezarán a flaquear.
Es normal, si vosotros estáis cansados imaginaos ellos, que son la mitad que vosotros.
Cread una dinámica para hacer que se olviden de su cansancio.
Animadles con mensajes de fuerza y coraje.
Y, sobre todo, restadle importancia al hecho de que estén cansados, que lo vivan como algo normal y que no les va impedir conseguir nuestro objetivo.
Vía The Big Outside