Andarríos está planteado una labor medio ambiental que ofrece la Junta de Andalucía para analizar el estado en el que se encuentran nuestros ríos para su mejora y mantenimiento.
Durante estos dos días en los que estuvimos en el Charco de los Hurones, nuestra labor consistió en hacer un muestreo del río Majaceite.
En la primera parte del muestreo nos encargamos de medir los índices de ph y nitratos del río además de su velocidad, profundidad, etc.
Tras comer junto al río, seguimos con el muestreo analizando su biodiversidad, primero con los invertebrados y animales que encontrábamos en el río y sus alrededores y después con su flora.
Con ello, aprendimos mucho sobre cómo identificar distintos árboles y animales.
Aquella tarde y noche realizamos dos actividades más.
Primero hicimos una reflexión con distintas viñetas de “El roto” (dibujante de El País) que trataban sobre el agua.
Supuso una sorpresa alguna de ellas y nos dimos cuenta de lo poco concienciada que está la sociedad del cuidado de los ríos y la excesiva explotación que a veces hacemos de ellos.
En la segunda parte hicimos una recreación de una reunión global para realizar nuevas y más exigentes reformas en el Protocolo de Kioto donde cada uno era el representante de un sector implicado (países en vía de desarrollo y desarrollados, petroleras, científicos, ONGs medio ambientales, etc.).
Fue interesarte ver todos los intereses que están en juego más allá del objetivo de reducir la emisiones de CO2 y lo difícil que es llegar a un acuerdo teniendo en cuenta todos esos intereses.
Tras esa actividad, disfrutamos de un cielo estrellado, menos afectado por la contaminación lumínica de lo que estamos acostumbrados, hasta que llegó la hora de dormir.
Al día siguiente, realizamos una pequeña marcha por otra zona de los Montes de Propios disfrutando de nuevo de sus paisajes e intentando identificar los árboles que habíamos aprendido el día anterior.
Tras esta marcha, comprobamos los resultados que obtuvimos en el muestreo y vimos que tanto la calidad del agua como de la biodiversidad de la zona eran buenas.
Tras todo esto, volvimos a Jerez con la grata impresión de que no sólo habíamos hecho una labor medio ambiental, sino que también había sido una gran experiencia para cualquiera ruta que quiera disfrutar y aprender de la naturaleza e implicarse en la conservación de esta.
El año que viene, estaré nuevamente dispuesto a repetir esta experiencia y animo a todo ruta a que la pruebe.