Durante ese fin de semana de jornadas, comenzó en mi cabeza a rondar la posibilidad de realizar un viaje para conocer este centro.

Después de dos años de tanto meditar y profundizar sobre mi viaje al KISC, llegó la información sobre un campo de trabajo que se organizaba a nivel España, la llamada Spanish Work Party (SWP).

El proceso constaba de una selección de personas, donde había que rellenar una solicitud y después de un plazo te mandaban la información para saber si habías sido seleccionado o no.

Después de pasar muchos nervios, nunca olvidaré ese día en el que abrí el correo y vi «Información para los seleccionados».

El cúmulo de sentimientos es difícil de expresarlo, pero en mi mente solo cabía: ¡¡He sido seleccionado!!

Tras muchos días de espera, preparación del viaje y conversaciones vía facebook con los demás participantes, el 27 de abril de 2013 comenzó nuestra aventura.

El viaje se me hizo largo, pero tras pasar el túnel del interrail y ver el KISC, con sus banderas ondeando y todo el lugar que lo rodea, a todos se nos abrió la boca de lo alucinante que era y todos gritamos: ¡Qué pasada!

Para entrar al recinto del Kandersteg Internacional Scout Centre había que pasar otro túnel andando con sus banderas de Suiza, el icono del KISC y demás cosas.

Y al pasar una y otra vez con lágrimas mi cabeza decía: ¡Xabi, sueño cumplido!

Durante la SWP hicimos un poco de todo.

En nuestros días libres: turismo en los que pudimos aprovechar las vistas de los Alpes Suizos subiendo al lago Oeschinensee, escalar cajas ¡batimos el record!, juego de conocimiento sobre el lugar del trabajo llamado «Campsite», turismo por ciudades como Berna, Thun y Ginebra.

Rutas de montaña subiendo en telehuevo y ver un lago artificial con un merendero y sitios para jugar llamado Blausee.

En los días de trabajo: rastrillar hojas, mover tierra con piedras, apilar troncos para futura leña, cortar troncos, mover ramas, una batida general…

En fin, trabajos que a primera vista no parecen complicados y en verdad no lo son, excepto el de cortar troncos y moverlos, ya que pesaban lo suyo.

La relación con la gente que esta allí, los Staff, o en su definición los Pinkies (llevan camisetas y sudaderas rosas), se afianzaron en los días de trabajo, en los descansos llamados coffee break y en las cosas históricas que se realizaron con ellos: el partido de fútbol, la Spanish Party Party y la fondue.

Tras varios días de relaciones con la demás gente y habituándome al ritmo de trabajo que llevábamos, las ganas de quedarme en el KISC iban aumentando.

Llegó el día de la despedida del KISC y la vuelta.

¡Triste pero sí, esta aventura dio su fin!

Nuestro último día visitamos Ginebra y tuvimos la oportunidad de visitar el Buró Scout Mundial, que son las oficinas centrales de la Organización Mundial del Movimiento Scout.

Los pelos de punta se nos quedaron cuando nos abrieron la puerta.

Pasados unos días me doy cuenta que me siento vacío, que algo me falta en mi interior, y sé lo que es.

Es el espíritu del KISC y de Kandersteg.

No sabemos que es lo que tiene pero te evade de todos tus problemas y te encierra en una burbuja que parece que el mundo no existe, sólo el KISC y sus alrededores.

Desde Euskalerriko Eskautak MSC, soy el primer participante que se ha sumergido en esta aventura, ya que uno de los objetivos que querían cumplir es que alguien de nuestra delegación participara, ya que nadie sabía nada acerca de este campo de trabajo.

Animo a todo eskaut, scout o como queramos llamarnos, a realizar este campo de trabajo.

Es una de las experiencias que sin duda alguna dejan huella para toda la vida.

No suelen haber muchas plazas pero esperemos que alguien más de EE tenga la oportunidad que he tenido yo.

¿Casualidad o destino?

Mi edición es la XI.

Gracias a todas y todos: Alba, Laura, Judith, Mario, Hermanos Armenta, Rocío, Elena, Irene, Bea, Pablo, Sergio, Pani, Luismi, Crispi, Javi Puma Elena y Hass

Xabier Usaola Uribarren
Inurri Eskaut Taldea
Euskalerriko Eskautak
Movimiento Scout Católico

También podéis leer una entrevista a Bea, participante de la SWP, aquí.

Vía Goitibera