No existe un refugio “ideal” que pueda construirse en cualquier terreno, pues muchos factores influyen como el sitio donde nos encontramos, los materiales con los que se cuenta, el conocimiento y sobre todo el ingenio.
Sin embargo si existen algunas características que deben tener todos los refugios:
El refugio debe ser pequeño en climas fríos
En un clima frío es una prioridad mantener el calor, por eso el refugio debe ser pequeño para que entre una persona y su equipo (en caso de estar solos).
Cerca de fuentes de agua, leña y alimento
Cuando elegís un sitio para construir el refugio, debéis considerar hacerlo cerca de cualquier fuente de agua: río, lago…
Donde también se encuentre suficiente leña para utilizarse como fogata.
Lejos de la cumbre
Cuanto más alto, más viento y temperaturas inferiores, por lo que el frío será mayor.
Lo mejor es buscar una zona baja, evitando totalmente las cumbres.
Las medias laderas son un excelente lugar.
Tener en cuenta la posibilidad de una lluvia
Seguro no querréis despertar a mitad de la madrugada empapados, por eso no esta de más que construyáis el refugio con materiales que puedan protegerte de la lluvia.
Si contáis con un impermeable, usadlo como techo.
Si no es así, existen muchas plantas y hojas que te resultaran excelentes como aislante.
Un buen consejo es hacer una “cama de yesca” para mantener el calor y dormir ligeramente más cómodo.
La construcción
Hay muchas formas para construir un refugio, una excelente será aprovechar un árbol caído, el cual se usará como base y soporte.
En este caso es donde se debe poner en marcha el ingenio para construir un refugio con los materiales disponibles.
Otros factores importantes
Debéis tener en cuenta orientar la “puerta” del refugio en dirección contraria de donde sopla el viento.
En climas lluviosos el techo del refugio debe tener una inclinación pronunciada para facilitar la caída del agua.
Un impermeable es una herramienta básica, pues se puede utilizar para la construcción de un refugio como techo, pared o para aislar el piso.
Vía Revista Azimut