1. Escuchar

Las rabietas tienen de base la frustración, escucha sus motivos.

2. Comprender

Ponte a su altura, mírale a los ojos y transmite que entiendes su enfado.

3. Explicar

Con palabras simples le explicas que no es la mejor forma.

4. Proponer

Ofrécele una alternativa a lo que le enfada pero sin imponérsela.

5. Reforzar

Cuando se calme, refuérzasela, le estarás ayudando a aprender a autoregularse.

 

Y ya de paso, no vendrá mal recordar este artículo en el que hablábamos sobre qué hacer cuando un castorcillo echa de menos a su familia.

Vía Superpadres