No arrojes desperdicios al agua

Las aguas sucias generan patógenos que provocan infecciones cutáneas, de las mucosas, etc.

Tira la basura en los contenedores adecuados

Anima a los que te rodean a hacer lo mismo.

Respeta las zonas de acceso, la vegetación de la zona y los animales que puedas encontrar

La pérdida de vegetación incrementa la erosión.

Respeta la flora y fauna de la zona ya que contribuyen a conservar el equilibrio del entorno.

Educa en la sensibilidad medioambiental

En zonas naturales procura no utilizar envases de vidrio.

Los residuos de cristal pueden provocar cortes e infecciones, y también incendios.

Acude al servicio siempre antes de bañarte

En las duchas y al sol, utiliza productos biodegradables

Los productos químicos y los tóxicos pueden llegar a la cadena alimentaria.

Dúchate antes y después del baño.

Con jabón, sólo en las instalaciones previstas para ello.

Apaga bien las colillas de los cigarrillos y deposítalas en los ceniceros

Los cigarros contienen nicotina y alquitrán, substancias que se disuelven fácilmente en el agua, que son contaminantes, incluso en bajas concentraciones, y que pueden llegar a la cadena alimentaria.

Acuérdate de llevar contigo siempre un cenicero.

O aún mejor, no fumes.

Controla las fugas de aceite y gasóleo al utilizar embarcaciones a motor

El aceite genera una película en el agua, que reduce su nivel de O2 y facilita la proliferación de algas, provocando la pérdida de calidad de las aguas.

Recoge aparejos y sobrantes tras la pesca

 

Este verano, ¡a disfrutarlo saludablemente!

Vía Cruz Roja