Muchos son los valores positivos que el deporte nos aporta, tanto personales como sociales.

Personales como la autodisciplina, el autoconocimiento, la humildad, el espíritu de sacrificio, la creatividad, la autorealización.

O sociales tales como el respeto, la amistad, la lucha por la igualdad, el trabajo en equipo, la cooperación o la convivencia.

Evidentemente hay muchos más, pero en días como el de hoy hay algunos que no nos deben dejar indiferentes.

Este fin de semana en un estadio de fútbol, un deporte espectáculo que convoca a miles de aficionados y aficionadas, a miles de niños, niñas y jóvenes que se fijan en sus ídolos, en lo que hacen y en lo que dicen, hemos tenido que ver como arrojaban al campo un plátano al paso de un jugador extranjero, en este caso concreto el brasileño Dani Alves.

Este hecho podría parecer gracioso, incluso aislado, pero ni una cosa ni otra.

No tiene ninguna gracia que a una persona, por el color de su piel lo quieran comparar con un animal y menos con una clara pretensión de insultar.

No tiene ninguna gracia que cada vez sea más común que algunas personas instrumentalicen el deporte para insultar a jugadores y jugadoras.

No tiene ninguna gracia, que en la mayoría de las ocasiones no se haga nada al respecto por parte de las instituciones y/o clubes para erradicar estos hechos, prohibiendo por ejemplo la entrada a los estadios a personas que proclaman actitudes racistas o intolerantes con deportistas o aficionados rivales.

En este caso concreto, el jugador se lo tomó con cierto humor y le dio la vuelta a la situación, consiguiendo incluso que se forme de manera prácticamente inmediata una campaña en contra del racismo llamada #NoAlRacismo y #somostodosmacacos en twitter.

Desde aquí, queremos proclamar la igualdad, el respeto, la convivencia y todos los valores que el deporte nos aporta como sociedad, como persona y como colectivo que somos.

no-al-racismo

Vía Goitibera