Lo reconocemos porque…
- Tenemos millones de canciones en la cabeza y las cantamos sin pensar a cualquier hora y lugar, estando solos o acompañados.
- Se nos salta la lagrimilla cuando vemos las fotos.
- Pensamos más en las experiencias vividas que en lo que viene a partir de ahora.
- De vez en cuando, aún van saliendo pinchos, hojas, piedras… de la habitación. Parece mentira como se puede meter tanta flora y fauna en la mochila sin que nos demos cuenta.
- Padeces la famosa «depre post campamentos», caracterizada por la tristeza que sientes al dormir en una cama y no en una tienda y por lo mucho que te gustaría viajar al pasado.
- Cuando cocinas te pasas con las medidas y sobra comida por todas partes.
- Sonríes cuando recuerdas una broma o anécdota.
- Echas de menos los buenos días y las buenas noches scouts.
- ¿qué más os pasa?
Pero… ¡no estemos tristes!
Hemos vivido muchas cosas buenas, las hemos podido explicar a nuestros amigos y familiares, nos hemos hecho un poco más responsables y mejores personas, hemos aprendido muchas cosas…
¡Y ya no queda nada para empezar de nuevo y reencontrarnos con todo el grupo!
¿Cómo se prevé la vuelta? ¿Tenéis pensada alguna actividad especial, excursión…?