La democracia es un valor universal basado en la voluntad libremente expresada de los pueblos de determinar su propio sistema político, económico, social y cultural, y en su participación plena en todos los aspectos de su vida.
Si bien las democracias comparten características comunes, no existe un modelo único de democracia.
Las actividades de las Naciones Unidas en apoyo de la acción de los Gobiernos para fomentar y consolidar la democracia se llevan a cabo de conformidad con la Carta y únicamente a petición expresa de los Estados Miembros interesados.
La Asamblea General alentó a los gobiernos a fortalecer los programas nacionales dedicados a promover y consolidar la democracia y también decidió observar el Día Internacional de la Democracia el 15 de septiembre de cada año.
El tema de este año se centra en los retos y oportunidades que conlleva una mayor implicación de los jóvenes en los procesos democráticos.
Las personas con edades comprendidas entre los 15 y los 25 años constituyen un quinto de la población mundial.
En muchos países en desarrollo, el porcentaje es incluso mayor.
La mayoría de los jóvenes viven en países de bajos y medianos ingresos.
Sin embargo, un estudio tras otro pone de manifiesto la falta de confianza de los jóvenes en la política, tal y como la entendemos hoy día, y la disminución de su participación en elecciones, partidos políticos y organizaciones sociales tradicionales en todo el mundo.
Estas son características tanto de las democracias consolidadas como de las emergentes.
De manera simultánea, aumentan los movimientos juveniles informales a favor del cambio democrático en muchos países, entre ellos Estados frágiles.
A través de nuevos canales de comunicación en las redes sociales, los jóvenes dejan su impronta en la construcción de la democracia por vías no tradicionales.
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