Compartid estos 10 consejos con padres y madres, hermanos, amigos, compañeros de rama…
1. Los adultos deben aprender a utilizar la misma tecnología que los niños.
Cuando los adultos desconocen los entornos en los que se mueven los niños, se crea una gran distancia entre ambos.
Esto se traduce en falta de autoridad ante ellos porque son conscientes de que los adultos no tienen experiencia en ese ámbito.
2. Utilizar contraseñas robustas.
Sólo el 40% de los usuarios reconoce cambiar con frecuencia sus contraseñas.
Se recomienda el uso de contraseñas robustas (aquellas que contienen letras mayúsculas y minúsculas, signos de puntuación y caracteres alfanuméricos), diferentes en cada red social, así como modificarlas con frecuencia para evitar el hacking.
3. No aceptar a extraños como amigos.
Aceptar a desconocidos en las redes sociales puede suponer un grave peligro para los menores, que no saben si detrás de los perfiles hay personas de su edad o adultos.
Es importante hacer hincapié sobre esto, especialmente hoy, cuando los más jóvenes miden su estatus por el número de amigos que tienen en Facebook o Twitter.
4. Cuidado con la webcam.
Pocos son conscientes de los riesgos asociados a las webcams: en un ordenador hackeado, la cámara puede ser activada por control remoto aunque parezca que está apagado.
Evita tener dispositivos de este tipo en la habitación de los niños.
5. No enviar fotos íntimas.
Enviar fotografías de contenido erótico es uno de los mayores peligros de los teléfonos con conexión a Internet.
Una vez enviada, se pierde el control sobre la utilización de la foto, lo que puede dar lugar a situaciones de chantaje o acoso.
6. Cuidado con lo que se comparte.
En la red todo es público, se tarda muy poco en subir una foto, pero toda una vida en intentar eliminarla de buscadores y entornos online.
Educa a los ‘peques’ a tener responsabilidad con lo que comparten.
7. La mejor medida de protección es la educación.
El ordenador en el comedor sirve de poco si los niños no conocen cómo utilizar las nuevas tecnologías de una forma segura, qué acciones constituyen delitos digitales (robar wi-fi a un vecino o subir fotografías de otros sin su consentimiento), y los peligros a los que se pueden enfrentar.
8. No utilizar una señal de wi-fi pública.
Muchas de las redes inalámbricas que los establecimientos ponen a disposición de los clientes no garantizan la seguridad suficiente para navegar con tranquilidad.
En ocasiones, este tipo de redes pueden aparecer en los listados de redes a modo de ‘cebos’, para hacerse con el control del smartphone o portátil de manera remota.
9. Configurar correctamente la privacidad de las cuentas en las redes sociales.
De ahí que sea tan importante leer con detenimiento las opciones de privacidad de cada entorno, y escoger la más restrictiva.
10. Para evitar que nuestros dispositivos sean hackeados, es importante que el navegador, el sistema operativo y el antivirus estén correctamente actualizados.