Relatos de primera mano de cuatro valientes Scouts en el día que transformó Haití
Elise Vervil – 26 años
Ruta del Grupo Scout Gideon (Puerto Príncipe)
«Salí de la escuela, estaba en el tap tap (transporte público) cuando el terremoto golpeó. Mucha gente se bajó del vehículo y bloques de hormigón cayeron sobre ellos. No entendía lo que estaba ocurriendo. No me bajé del vehículo. Me salí cuando el terremoto había acabado y vi a mucha gente atrapada bajo los escombros.
Junto a otras personas empecé a levantar rocas para salvar a las víctimas atrapadas. Pudimos salvar a 7 personas de debajo de los escombros. Gracias a la MINUSTAH, pudimos llevarlos al Hospital Universitario de la Paz. Estaba abrumado, pensé que el terremoto sólo había alcanzado a mi zona. Llamé a la Cruz Roja haitiana, pero no había comunicaciones.
Regresé a casa completamente conmocionado. Al día siguiente fui a varios hospitales para echar una mano y ayudar con las atenciones primarias. Aunque no tenía mucha experiencia en Primeros Auxilios, lo poco que sabía me resultó útil. Puse mucho de mí mismo para tratar de salvar vidas.
Me gustaría enviar un mensaje a todos mis hermanos scouts: no recibí ninguna compensación por lo que hice, pero las vidas de mis hermanos son más importantes que necesitamos; por tanto tenemos que hacerlo con mucho valor y sabiduría.»
Jean-Louis Marc Stevenson- 20 años
Ruta del Grupo Scout Néhémie le Batisseur (Puerto Príncipe)
«Tras el temblor, junto a otros 4 scouts entramos en un colegio nacional en el «petite place cazeau». Tan pronto como llegamos pudimos salvar a 14 personas heridas de debajo de los escombros y sacar a 100 fallecidos. Sobre las 6 de la tarde, nos dirigimos hacia la comisaría de policía situada en la calle Delmas 33, nada más llegar al local encontramos a 4 oficiales de policía que estaban vivos pero atrapados dentro de la comisaría. En cualquier caso, había una persona que tenía un muro caído sobre su pie. Tenía que cortar su pie con la única ayuda de una navaja, para lograr sacarlo y salvarlo.
Después, salió vivo de allí. No teníamos equipamiento suficiente para colocar a las personas fuera. La única opción que tuvimos fue cortarle el pie. Otro policía tenía el brazo completo aplastado, así que hice un torniquete en el brazo con mi pañoleta. No podía mover su brazo en absoluto, estaba completamente aplastado. La única opción era cortarle el brazo. No pude sedarlo, pero pude compra clarin (un alcohol local). El policía me dio su consentimiento y amputé su brazo.
El oficial dijo que en tales circunstancias, dejan de existir las clases sociales, todo el mundo está en plano de igualdad. Me agradeció que le hubiera salvado la vida. Como él mismo me dijo «demasiado malo para el brazo, pero era necesario».
Tras el desastre caí enfermo, cogí la malaria. El estrés me estaba dominando. Tuve un bajón, estaba traumatizado. No me sentía bien, sufría porque vi una fosa llena de cadáveres. Quería salvar vidas. Pero me duele el corazón porque los acontecimientos fueron tan horribles. Estuve enfermo 2 semanas. A pesar ello ya estoy listo, para continuar salvando vidas, para salvar a mi país. Las cosas me van ahora un poco mejor aunque continúo sintiendo las vibraciones dentro de mí.
Un mensaje: me gustaría decir que para mí el Escultismo es un bello movimiento y que en él permaneceré. En el movimiento me siento más y más cómodo y feliz. ¡Me gustaría que todos los scouts del mundo vinieran a visitarnos!»
Rousseau Marckenson- 25 años
Responsable de Unidad del Grupo Scout St. John (Puerto Príncipe)
«El 12 de enero yo estaba con mi hermano, mi hermanita y un amigo. Después del desastre, conseguimos salir sanos y salvos. Durante el terremoto estuve paralizado. Mientras abandonaba mi casa escuché a una mujer gritar «¡¡ayuda, ayuda!!». Recordé que a un scout se le forma para servir y salvar la vida humana, así que entré en la casa desde la que oí los gritos, y encontré a una chica joven con bloques de hormigón sobre ella. La ayudé y conseguimos sacarla. Después me lo agradeció tantas veces que parecía como si yo fuera un Dios para ella.
Llegamos a otros sitios con algunos de mis amigos para ayudar a otra gente a salir. Conseguimos salvar alrededor de una docena de personas. Unos días más tarde, el hedor de los muertos era bastante desagradable, casi intolerable. Entonces, como scout empecé a ofrecer apoyo psicológico en mi región -ya que mucha gente se había vuelto loca o se habían traumatizado severamente-.
Esto es porque asistí a un seminario sobre apoyo psicológico organizado por los scouts tras los ciclones de 2008. Organizamos sesiones de apoyo psicológico para la población de Gonaives.
Hasta hoy, continúo conversando con gente y ofreciéndoles apoyo. Mensaje: El scout sonríe aunque atraviese tiempos de penuria, y para todos los scouts y no-scouts que perdieron a un ser querido, la vida sigue. Amo a mi país, Haití.»
Romain Jérôme – 39 años
Jefe de Grupo – Charlemagne Peralte
«Saqué a rastras mucha gente de un supermercado: 16 vivos y 6 muertos. Después, en una localización diferente, continuamos retirando gente de los escombros. Y aún hoy seguimos haciéndolo. Servimos a la población.
Estamos constantemente buscando trabajo para ser de ayuda. Llevamos con nosotros a todas las personas que quieren ayudar. Practicamos Primeros Auxilios a las víctimas heridas.
Mensaje: necesitamos más apoyo donde haya otro desastre. Ayudadnos facilitándonos el equipo necesario.»