Fueron 3 años y 3 meses de quimioterapia, lo que significa largos días en el hospital y largos periodos de tiempo estando enfermo y sin poder ir a la escuela.
Con un sistema inmunológico muy debilitado, se perdió muchas de las actividades que hacían en su grupo scout.
Pero tan pronto como se empezó a encontrar bien, regresó con la manada para participar de nuevo en la vida scout.
Todo el mundo lo animaba a participar en todas aquellas actividades en las que se sintiera capaz y seguro.
Y así lo hizo.
Se fue algunos días de campamentos, hizo excursiones por las montañas con la ayuda de les padres y de os responsables, quienes empujaban la silla de ruedas.
Ganas e ilusión no le faltaban.
Es muy importante que los niños con cáncer, o con cualquier otra enfermedad, no pierdan el hábito de participar en este tipo de actividades.
Nathan anima a todos los niños enfermos o con alguna discapacidad a seguir con su actividad en los scouts.