Hace poco, como ocasión de los juegos paralimpicos de londres 2012 vi este vídeo.
De primeras la sensación fue muy buena, me gustó.
El principio me parecía duro, gente esforzandose, entrenamiento, entrenamiento y entrenamiento con un objetivo: ¿Ganar?, yo lo creo que más bien: superación personal.
«Al deporte no le importa quien eres, cualquiera puede formar parte.»
Ese es el mensaje final, todo el mundo se puede esforzar en ser mejor, en dar más, en explotar todo su potencial, el deporte no hace distinciones ¿por qué deberías hacerlas tú?
Y aquí es donde entra uno de los principios Scout.
Cambia la palabra superación por progresión.
Si has dejado de progresar como persona, si has dejado de querer seguir creciendo, tal vez te has alejado del escultismo más de lo que piensas.
Ser scout implica querer y tomar medidas para ser mejor cada día, ser mejor cristiano, ser mejor educador, ser mejor profesional, ser mejor hijo, padre o abuelo, ser mejor ciudadano…
«Dejar el mundo mejor de como lo encontramos» comienza por ser mejor cada día, acostumbrarnos a hacer el bien, a no tener miedo, a escuchar, a vivir felices haciendo felices a los demás.
Nuestros chavales crecen jugando y en sus juegos van creciendo y progresando casi sin darse cuenta, de una forma divertida…
Pero también hacen proyectos (decididos por ellos mismos) y ahí llega el momento de esforzarse, todos los proyectos tienen partes que no son divertidas pero que son necesarias para llegar al objetivo final…
Esos momentos los aprovechamos para mostrar una cultura del esfuerzo, del compromiso, del mirar más allá, de sonreír ante las dificultades y no dejar nada a medias.
Y cuando evaluamos no esperamos que todos lleguen a un «10», el objetivo no es llegar a una meta, el fin último es progresar a nivel personal para que sean todo lo que quieran ser.