Entrevistamos a Inés, una Ruta que este verano ha participado en el ‘Watra’, un campamento internacional en Polonia…
Podéis ver toda la patrulla en la foto; salen vigilando el fuego (allí lo llaman Watra), que es el símbolo más importante para ellos y que duró encendido durante todo el campamento.
La patrulla Cóndor que emprendió viaje a Polonia estaba formada por 7 rutas del MSC de Sevilla: Lucía, Inés, Ignacio, Isa, Mercedes, Javi y Reyes.
En nuestra patrulla, todos los miembros somos del mismo clan ruta, el Forrest Clan del Grupo Scout XXIII “El Porvenir”, excepto Isa, que pertenece al Clan Torino del Grupo Scout X.
Tenemos entre 19 y 18 años, de los cuales la mayoría de nosotros llevamos la mitad con una pañoleta al cuello… ¡Y los que nos quedan!
Este verano habéis participado en el Watra de Polonia, ¿cómo os llegó esta propuesta?
La propuesta del Watra nos llego muy de casualidad.
Andábamos bicheando por la web de Scouts MSC, para ver si encontrábamos alguna propuesta interesante para una acción de servicio en verano, y acabamos rellenando papeles y buscando vuelos a Varsovia para poder asistir a un campamento en Polonia.
¿Qué os llamó la atención de esta actividad internacional?
Lo que más nos llamó la atención al principio fue lo asequible que era en cuanto al precio y, una vez allí, lo seguía siendo.
Además, el hecho de tener una oportunidad tan sencilla de intercambiar culturas scouts tan distintas, y qué mejor que conviviendo en un campamento.
Buscábamos un proyecto con el cual poder cerrar nuestra etapa ruta y forjar un poco más nuestra amistad, y con esto lo conseguimos.
¿Qué tal la experiencia? Desde el campo en sí, hasta la convivencia entre vosotros, con los otros scouts, idioma, etc.
Para todos nosotros ha sido una de las mejores experiencias de nuestras vidas.
No nos esperábamos para nada que el Watra fuera a marcarnos tanto.
Comenzó un poco flojo al no tener muchas confianzas con nuestra patrulla hermanada, pero cogimos carrerilla con el idioma y todo comenzó a ir sobre ruedas.
Estábamos y estamos sorprendidos con la amabilidad de los polacos (scouts o no), de su disposición siempre para ayudar, su forma de vivir el escultismo taaaaan diferente a la de aquí y enriquecedora, su buen humor a todas horas y, cómo no, el sitio de campamento tan chulísimo que montaron.
Venimos con mucho aprendido gracias a ellos, con promesas de volver y con muchísimas ganas de comenzar nuevas etapas.
¿Ha salido algún proyecto en común con algún grupo scout de otro país?
De momento ellos, nuestra patrulla, han quedado más que invitados a venir el año a España para poder darles a conocer un poco de lo que nos han dado ellos sobre su país (paisajes, cultura, gastronomía…).
Estamos en contacto con ellos y con muchos más participantes del Watra para todo el que se quiera unir a esta propuesta.
Contadnos alguna anécdota interesante, divertida, curiosa…
Uno de los días de la ruta, nos llevaron a visitar un antiguo campo de concentración, parecido a Auswitch pero en menor escala.
Ellos nos explicaron lo importantes que fueron los scouts en aquellos tiempos y que había dos tipos de scouts que participaron.
Los primeros participaron militarmente en la guerra, y los segundos se dedicaban a hacer campañas pacíficas en lugares públicos para intentar acabar con esto; más tarde por su seguridad dejaron las campañas y se dedicaron a sacar a gente de los campos de concentración.
Nos dijeron que para ellos este tema era muy serio y al llegar a la sala de los crematorios del museo nos enseñaron una placa de una patrulla scout de la época y una foto de la misma.
En cuanto a la anécdota divertida, nos quedamos con sus famosos “pierogis”.
Son una de las comidas más típicas de allí y nos llevaron a probarlos.
Consistían en una especie de empanadilla cruda rellena de carne, o de queso o de fresa y nata.
Cada uno de nosotros nos lo pedimos de un relleno diferente…
Tendríais que haber visto nuestras caras al probarlos, ¡¡no nos gustaban nada!!
Para no hacer el feo delante de ellos, nos acabamos el plato con una sonrisa y una lagrimilla a la vez, nos costó un poco.
Unos días después se lo confesamos y nos dijeron que en aquel restaurante eran muy malos, que debíamos probar los que hacían sus madres y abuelas.
¿Tuvisteis que hacer algo excepcional para la preparación del viaje? ¿Fueron difíciles los preparativos?
No tuvimos ningún tipo de problema, ya que tanto MSC como la asociación polaca de scouts nos mantenían al corriente de todo lo que necesitábamos y nos lo facilitaban a la vez, como por ejemplo ponernos en contacto con nuestra patrulla polaca, o las pañoletas de la federación y el seguro de viaje.
Respecto al dinero decidimos que lo mejor era conseguirlo por separado y que si conseguíamos algo en común se le cedería a la persona o personas que lo necesitasen para poder terminar de pagar el viaje.
¿Era la primera vez que viajabais al extranjero como patrulla?
A excepción de Lucía que participó en un campo de trabajo en Senegal el pasado verano con la asociación MAD África, el resto era la primera vez que viajábamos al extranjero como scouts.
Y ha sido maravilloso.
A parte de estar en el campamento, ¿habéis hecho turismo por vuestra cuenta?
Debido al ritmo frenético del viaje y al ir bastante justos con los horarios, únicamente hemos podido disfrutar de las vistas de la ruta y las playas de Gdansk, y muy por encima Varsovia y Bydgoszcz.
Nos quedamos con ganas de poder ver el país más tranquilamente.
Animad a la gente a que participe en este tipo de actividades, ¿qué les diríais?
Que se crean que pueden hacer cosas como estas.
No se creen la falsa barrera de “puf Polonia u otro país es imposible, no voy a poder planear un viaje así ni poder ahorrar suficiente”.
Sí que se puede. Se puede eso y más.
Un Watra, un Jamboree o un Roverway.
Son acontecimientos que pocas veces se puede vivir y que cuando las vives perduran sus anécdotas, las experiencias y los amigos conocidos para toda la vida.