Somos inteligentes. Sí, todos nosotros. Nos han estado entrenando desde pequeños para serlo. Pero no con libros ni ejercicios mentales de lógica y cálculo, pues somos inteligentes emocionales.

¿Emocionales?

La inteligencia emocional es saber apreciar y expresar de manera justa las emociones propias y las de otros, y para emplear la sensibilidad a fin de motivarse, planificar y realizar de manera cabal la propia vida.

Ya te va sonando, ¿no?

Pues sí, en el escultismo trabajamos transversalmente la inteligencia emocional. Cada una de las ramas, tiene su propia metodología y mecanismos para cultivarla a lo largo de toda nuestra vida scout. Esta es una de las claves: el progreso personal y el vida en pequeños grupos no termina cuando pasas de una rama a otra, pues la persona y los de su alrededor siguen existiendo.

¿Qué nos hace ser inteligente emocionalmente?

  1. Somos conscientes de nuestras emociones y sentimientos. A través del progreso personal, trabajamos introspectivamente para reconocer nuestro comportamiento, nuestros puntos fuertes y puntos a mejorar para sacarle el mayor rendimiento.

Incluso sabemos expresarlo ante los demás, en las evaluaciones con nuestros compañeros de rama.

  1. Somos capaces de marcamos unos objetivos para mejorar y no nos ofende que nos digan críticas constructivas ni conocer nuestras limitaciones.
  2. Somos asertivos. Sabemos cómo hablar a los demás sin ser agresivos o sabe decir que no. Promovemos el diálogo para resolver conflictos.
  3. Somos empáticos. Comprendemos los sentimientos de los demás, lo que ayuda a crear vínculos con ellos.
  4. Vemos lo positivo, para motivarnos en conseguir metas.

‘El scout afronta las dificultades con alegría’

  1. Reconocen cuando se equivocan. Sabemos pedir perdón y aprender de los errores.
  2. No buscan la perfección, aunque siempre ‘haremos lo mejor’ que podamos.
  3. Somos proactivos
  4. Somos dueños de nuestro tiempo: establecen horarios, planifican tareas y definen objetivos
  5. Al saber tratar y comunicarnos, sabemos trabajar en equipo en un ambiente armónico y potenciando las habilidades de cada uno.
  6. No tienen miedo a conocer personas nuevas ni nuevas experiencias

Se dice que el grado de dominio sobre estas habilidades resulta decisivo que la persona se convierta en un ciudadano sano emocional y físicamente, capaz de construir redes en beneficios de todos los integrantes del grupo, con vida productiva y democráticamente activa.

Por eso eres un scout emocionalmente inteligente.

Si quiere saber más sobre cómo trabajamos la inteligencia emocional en el escultismo, apúntate al curso sobre ‘Inteligencia Emocional en el Escultismo’ de la Escuela de Marzo.

 

Fuentes: befullness, psicologiaymente, retos-directivos, lamenteesmaravillosa, VIU