El 14 de enero de 2018 la Iglesia Católica ha celebrado la 104 Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado. Acoger, proteger, promover e integrar, es a lo que nos llama el papa Francisco en esta jornada y a unirnos a los que vienen de lejos. Georges forma parte de esos miles de refugiados llegados a Francia. Siendo sirio, tuvo que abandonar su país en septiembre de 2015. Hoy tiene 37 años, es responsable de pioneros en la ciudad de Metz y en el pasado agosto participó con su unidad en el campo de trabajo y servicio Nature Environnement que organiza cada año Scouts et Guides de France en el Sur de Francia. Desde Siria hasta Francia, los scouts siempre han formado parte de su vida. Retrato de un adulto comprometido.
“Mi primera actividad con los pioneros fue la carrera de sapos, en mayo de 2016”. Al desembarcar en los “scouts franceses” (Scouts et Guides de France), Georges tuvo un poco de miedo de lo que se va a encontrar. “Pero en Francia, los scouts son como en Siria, una familia, unida”. A los 37 años, Georges tiene un largo recorrido scout a sus espaldas. “En Siria se comienza en los scouts al hacer la primera comunión. Me acuerdo que mi abuelo ya era scout y que yo estaba impaciente por ir. Pero tuve que esperar. Y una vez que empecé, ya no pude parar, salvo durante mis estudios”. Georges estudió en el Líbano y después en Escocia (Reino Unido), y continúa siendo responsable scout durante sus regresos a Siria.
Pero a partir de 2011, la guerra comienza y hace bascular su vida y la de todo un país. Es uno de los primeros heridos durante durante un atentado terrorista: recibe una bala en el hombro a finales de 2011. Una parte de su familia parte entonces al Líbano, pero Georges decide quedarse con su padre. En el invierno de 2012 ambos deciden reunirse con los demás en el Líbano para Navidad. Georges parte el primero, dos días más tarde lo haría su padre. Pero, durante los días siguientes las carreteras de Alepo están cortadas. “Esperé algunas semanas en el Líbano, para ver si podía regresar a Siria, pero fue imposible, así que me quedé. Mi salida era totalmente imprevisible”. Georges contacta con unos amigos jesuitas, instalados en el Líbano, con quienes ayuda a los refugiados de manera voluntaria. Finalmente se convierte en el director del proyecto y continúa ayudando a los miles de refugiados que llegan.
“Al cabo de dos años, dejé el proyecto y me dije que era el momento de regresar a Siria, a mi casa, ver a mis padres que aún estaban en Alepo”. Recién llegado, retoma sus actividades scouts. “Era muy complicado con la guerra, pero en agosto de 2015 organizamos un campamento para los responsables adultos, para unificar los grupos de Alepo”. Pero la vida allí es difícil y la situación muy peligrosa. “Ese campamento fue un poco mi adiós a Siria. En septiembre de 2015 me vine a Francia”.
Georges aterriza entonces en Metz, hablando a penas algunas palabras de francés, sin familia ni allegados a su lado. “Para ser útil, pero también para olvidar las dificultades, para aprender la lengua, para integrarme, para tener amigos, comencé siendo voluntario en diferentes asociaciones. Y «Welcome JRS» (N. del E. el programa de acogida de refugiados de los Jesuitas) estaba abriendo una sede y la creé con ellos”. Georges llama también a la puerta del Secours Catholique (Servicio de Auxilio Católico), para hacer cursos de francés, pero también para ser voluntario. “Pasé una pequeña entrevista para ver cómo podría ser útil. El señor con el que hablé vio entonces en mi CV que fui scout en Siria. Le dije que me gustaría mucho continuar en Francia, pero que con la dificultad del idioma sería complicado. Me dijo que eso no sería un problema y así fue como descubrí y me integré en la unidad de pioneros del grupo scout de Metz.”
En marzo de 2016, Georges obtiene el estatus de refugiado y continúa sus actividades como voluntario. En el verano, va a un campamento en Córcega con sus pioneros. En enero de 2017 consigue un empleo como grafista en una imprenta, un oficio que se corresponde con sus estudios, y que encuentra gracias a sus muy numerosos compromisos. “Incluso he tenido que abandonar algunas actividades voluntarias porque ya no tenía mucho tiempo con el trabajo. Pero he mantenido los scouts, porque eso forma parte de mí.”
Sus 37 años, Georges los celebró con sus pioneros durante el campamento de Nature Environnement. Y para él, está fuera de cuestión el dejar los scouts; de hecho cuenta con celebrar su 38 cumpleaños el verano que viene, durante otro campamento en alguna parte de Francia…
Fuente, artículo e imagen: Scouts et Guides de France