La plata olímpica en baloncesto tiene color de oro por la ilusión que los jugadores –algunos con serios problemas físicos- han sabido transmitir a todos,especialmente a los más jóvenes.
Me alegra más, sin embargo y me da más esperanza,la llamada que me hizo hace días Juan Mari, antiguo alumno de la Escuela Hogar de Santa Marta, invitándome al concierto que ‘Harden’, el grupo roquero en el que toca, iba a dar en Fresno-Alhándiga, en la noche del sábado pasado.
Juan Mari –Juan a secas en el grupo-, con casi cuarenta años, por mera ilusión, empezó hace apenas tres años a estudiar música mientras aprendía a tocar la guitarra.
Reunió en torno a si a tres jóvenes músicos aficionados abulenses y todo el dinero que han sacado con sus conciertos -y más de sus bolsillos- está invertido en instrumentos y aparataje técnico.
Ahora es feliz en el escenario. No se le borra la sonrisa ni en los ataques más violentos del rock que interpretan, en versiones de los clásicos – Extremoduro, ACDC- o en canciones-protesta de cosecha propia.
La ilusión es la que mueve también a Verónica,la cantante del grupo, poderosa voz en cara aparentemente frágil; y a Fernando, guitarra que intercambia los papeles con Juan; y a Borja, que reina en escena desde su batería.
Luego dicen que los jóvenes se encierran en su pandilla; pero en este grupo musical conviven veinteañeros recién salidos de la adolescencia con adultos que mantienen la juventud de espíritu; las esposas, los novios y los amigos apoyan y siguen las andanzas del grupo, y así atraen a los más jóvenes con su alegría y su constancia en el ensayo, a pesar de todas las dificultades.
Porque no es lo mismo mantener la ilusión con salarios de la NBA, o de la ÑBA, que tampoco deben ser escasos, contando con instalaciones millonarias, entrenadores deportivos de altísimo nivel, médicos, psicólogos, fisioterapeutas, expertos en comunicación, que tener que trabajar en la recogida de basura en turno de noche, o cumplir, ¿simplemente? con los horarios estajanovistas del reparto de paquetería, o superar la desilusión de estar en el paro.
El sábado noche en Fresno-Alhándiga experimenté que la ilusión sigue siendo posible.
Antonio Matilla, sacerdote.
Consiliario General del Movimiento Scout Católico