Jaime Chapatte, de Scouts de Madrid MSC, es el Delegado Adjunto de Scouts de Madrid y antiguo Presidente del Consejo de la Juventud de la comunidad está involucrado, además, en diversos movimientos sociales.

 

¿Eso de que la juventud es pasiva es un mito o es que tú eres una excepción?
No creo que sea una excepción. Hay muchos jóvenes participando en muchos foros y dedicando mucho tiempo y esfuerzo a dejar este mundo mejor  que como se lo encontraron. También es cierto que el escultismo es la mejor escuela de participación que cualquier persona puede tener, y eso se nota. Por ello tenemos que hacer un esfuerzo para hacer más visible a los medios de comunicación y la sociedad en general esta realidad.

¿Qué le dirías a la gente que piensa que los jóvenes no tienen interés por nada y que están “perdidos”?
Por supuesto que hay jóvenes, al igual que hay adultos, que tienen más dificultades para desarrollar su proyecto de vida, así como muchos que se ven afectados por importantes desigualdades que les condicionan. Pero la mayoría de los jóvenes saben perfectamente por qué luchan todos los días.

Quiénes no lo vean tienen un prejuicio, algo natural en una sociedad en la que la opinión pública se ve tan fuertemente influida por la dinámica de un grupo reducido de medios de comunicación.

Así que les diría que se animen a descubrir por sí mismos, sin intermediarios, realidades como el asociacionismo, el compromiso social, la participación ciudadana, el deporte, la cooperación, el arte, la cultura, la ciencia, la innovación tecnológica, la educación, y un largo etcétera. En todas ellas destaca el papel que ocupamos los jóvenes.

¿Cómo combinas tu activismo social y tu trabajo con los scouts? ¿Tiempo para todo? ¡Danos tu truco!
Como puedo… ¡para que vamos a engañarnos! Casi todos los proyectos en los que me involucro son intensivos en tiempo. De hecho, uso la metáfora de que son como un gas, porque tienden a ocupar todo el tiempo disponible. Lo ideal sería ser más organizado de lo que yo soy, y supongo que lo resuelvo durmiendo poco y siendo muy ejecutivo. Por ejemplo, procuro ir a todas las reuniones con el ordenador, y sobre la marcha intento resolver todas las tareas o responsabilidades que me toquen, enviando mails, preparando documentación o lo que sea.


¿El escultismo es sólo una etapa de la juventud?

Depende de para quién. Para mi no. El escultismo ha contribuido de manera decisiva a mi desarrollo como persona, y seré scout toda la vida. Con independencia de que se tengan o no responsabilidades en un grupo, o en alguna otra estructura del movimiento, se puede ser también muy scout en el ámbito laboral, ciudadano, familiar, etc. ¡Hace mucha falta!
Te has movido en un ámbito político y asociativo como es un Consejo de la Juventud donde la diversidad de opiniones debe ser muy común ¿cómo has hecho como Presidente para tomar decisiones respetando esa pluralidad?
En primer lugar creo que los scouts estamos muy acostumbrados a liderar promoviendo consensos, haciendo autocrítica, y permitiendo a todo el mundo aportar y sumar; ya que desde muy pequeños nos toca jugar en microsociedades democráticas como las patrullas y unidades, o los kraales.

Por otra parte, en el CJCM, teníamos un equipo de por si muy plural formado por asociaciones de estudiantes (AEGEE), medioambientales (Amigos de la Tierra), de inmigrantes (AJI-ATIME), sindicales (CCOO, UGT y USO), de parroquias (DELEJU), de LGTB (COGAM-FELGTB) y territoriales (C.J. Fuenlabrada).

A veces parece increíble, pero hemos logrado estar dos años sin tomar una sola decisión por votación. Y en eso ha sido clave el equipo de personas. No es un mérito mío sino de todos los que han sabido dejar en un segundo plano la camiseta de su entidad, y ponerse la del Consejo.

Finalmente, otro aspecto clave ha sido no entrar en las polémicas vacías que en cada momento marcan la agenda de los medios y los partidos. Teníamos como guía la reflexión realizada durante la candidatura sobre qué debe y qué no debe ser un Consejo de la Juventud; y nos hemos centrado en cumplir con el Plan de Trabajo que tenía muchos proyectos en beneficio de jóvenes y entidades juveniles.

Uff… vaya rollo!! Perdonad que me haya vuelto serio.
¿Tu mejor receta para la resolución de conflictos?
Sonreír mucho, y entender qué es lo que realmente quiere o necesita cada persona, que no tiene por qué ser lo que expresa.