En 1983, Melquiades González Brizuela, “El Melqui”, Jefe del Grupo Scout Chaminade, Marianista, y persona dedicada en cuerpo y alma a los Scouts y al grupo, siguiendo órdenes de los superiores de su congregación, debe marchar a Ciudad Real a desarrollar las funciones que le encomiendan.
Melquiades es un Scout ilusionado e ilusionante, y por ello, y sonriendo ante las dificultades, en el campamento de verano de ese año, y tras dar la noticia de su marcha al grupo, propone una idea.
Este no será un adiós definitivo, seguiremos viéndonos, si o si, y consciente de que el paso del tiempo enfría, distancia y dificulta el trato continuado, inventa, imagina, materializa, una idea que cambiará la medición del tiempo del grupo.
“La cápsula del tiempo”. Un bote de Mayonesa envuelto en alambre y lleno de todas las cosas importantes del grupo, de su pasado añorado, de su presente triste pero esperanzado, de las ilusiones de futuro, de los lloros, de las sonrisas, de los símbolos, de los objetos que nos representan, pero sobre todo lleno de las ganas de volver a vernos todos aunque pase mucho tiempo y la vida nos lleve de un lado a otro.
Y así fue, en medio de una ceremonia cargada de nostalgia, cargada de emociones, enterramos un trocito de cada uno de nosotros, con la esperanza de que un día ese trocito nos trajera de vuelta a “Cañada de la Fuente” Nacimiento del Guadalquivir, en la Sierra de Cazorla, y de nuevo nos abrazáramos, nos contáramos batallitas, recordáramos a la gente que estuvo, y reaviváramos la llama de la amistad que nos une.
La fecha elegida, verano de 2000, fecha simbólica, cambio de siglo, fin e inicio de esperanzas. ¿Que son muchos años? No importa, con ayuda del alambre y un detector, y de nuestra memoria, la encontraremos.
Pasan los años. Melqui sufre una parálisis que lo coloca en una silla de ruedas, unos nos casamos, otros nos trasladamos, tenemos niños, …. y llega el ansiado momento, el año mágico.
Ya en el grupo es una leyenda aquella “cápsula”. Se tiene presente a pesar de que las personas son diferentes, y se tiene claro que es importante volver al punto de encuentro. Se organiza todo para posibilitar el encuentro en Cazorla, los antiguos nos llamamos, nos organizamos….
Y llega el gran día. Qué de abrazos, qué de besos, qué de historias, qué ilusión abrazar a Melqui que corretea en su silla por la sierra llevado en volandas por los brazos ilusionados de sus “niños”….qué de agujeros, qué cambiado está todo, qué de metal hay por la sierra….
Pues no, no encontramos la cápsula, no pudimos desenterrar ese bote, ese trozo de nosotros, pero el objetivo estaba cumplido. Habíamos acudido en masa a la cita. Melquiades lo había logrado, había sembrado de nuevo en nuestros corazones la ilusión, y todos habíamos respondido a la llamada.
Las emociones se contagiaron, las historias de viejos lobos se unían a las de los nuevos lobatos, y se decide que hay que perpetuar este gesto, que tenemos que seguir viéndonos, que no es sólo una excusa, que es algo más, y así en el 2000 enterramos una nueva cápsula, y en el 2010 una más, repitiéndose el proceso y perpetuando como costumbre un gesto, una ilusión, una locura más de l Gran Jefe Mapache.
No encontramos nunca la primera “cápsula” (hasta este año he ido personalmente a buscarla de nuevo), pero pensándolo bien ¿qué más da?, casi mejor que un trozo de mi corazón siga para siempre en aquel sitio en el que empezaron mis sueños de ser mayor, mis amores y mis amigos.
Me imagino a Melquiades mirándonos desde dónde esté con su sonrisa socarrona, y sus ojos emocionados volviendo a este maravilloso rincón donde aprendimos a ser personas.
Curro Vélez
Tras ese comienzo en 1983 de “la cápsula del tiempo” gracias a Melquiades y el intento fallido de encontrarla en el 2000, como dice mi compañero Curro, se volvió a enterrar una segunda “ cápsula del tiempo«, por aquel entonces yo era un pionero que no entendía muy bien todo aquello, pero la ilusión de los antiguos nos invadía, nos llenaba de ilusión a los mas pequeños.
En esa segunda “capsula”, de nuevo un bote de mayonesa, metimos nuestras experiencias, las unidades escribieron cartas, fotos de éstas, nuestros objetos más significativos del momento. La fecha que nos pusimos para volver a reunirnos todos y desenterrar esa cápsula mágica que tenía poderes de reunir a tanta cantidad de gente tan variopinta, tan diferente entre si, con un único punto en común, el amor por el grupo, el espíritu scout, esa fecha era el 2010.
El 2010 llegó, la fecha esperada, el 24 de julio del presente año.
La actividad de la capsula empezó el 23 donde los pioneros tuvieron un primer contacto con los antiguos del grupo. Dicha actividad consistía en enseñar por parte de los antiguos “Cañada de las fuentes” el lugar donde todos los veranos acampaba el Grupo Scout Chaminade de Cádiz y durante el recorrido contaban sus experiencias en aquellos campamentos.
A esta actividad le siguió una cena que reunión a todos los antiguos y actuales responsables del grupo mas de 80 personas compartiendo y recordado mil aventuras del grupo. Personalmente fue muy ilusionarte reencontrarme con los viejos lobos, muchos de ellos antiguos responsables míos en las distintas unidades y compañeros de unidad que fueron saliendo del grupo por diversos motivos. La convivencia se alargó hasta bien entrada la noche.
Llego el gran día, el 24 de julio del 2010, el día que desenterraríamos “la cápsula del tiempo”. Mas de 250 personas nos reunimos allí para vivir un día de convivencia, y tras comer todos juntos realizamos un cuadro donde kraal, unidades, antiguos y padres volvimos a llenar una nueva “ cápsula del tiempo” con cartas y mil ilusiones.
Tras esta ceremonia nos desplazamos al lugar donde se encontraba enterrada la cápsula que 10 años atrás enterramos. Una larga media hora de inquietud y expectación, por parte de todos, pasó mientras cavábamos con la esperanza de encontrar la “cápsula” y de repente ¡AHÍ ESTAAA! tras ese grito un silencio sepulcral, el jefe de campamento la cogió y la alzó como si de la copa del mundo se tratase, en ese momento gritos de júbilo, aplausos y mil flashes envolvieron el ambiente.
Momento del reencuentro con la “cápsula” enterrada en el 2000
Tras esto se enterró la nueva capsula, la cual tendrá que esperar hasta el 2020 para volver a ver la luz. Una vez enterrada la nueva todos volvimos a la zona del cuadro. Allí abrimos la tan ansiada “ cápsula” del 2000 con la intriga de saber qué es lo que contenía pues tras 10 años muchos nos habíamos olvidado de lo que metimos, fotos de las unidades, pañoleta del jefe de grupo, pañoleta de rutas, muchísimas cartas, alguna moneda de aquel entonces, pines, y una camiseta de la empresa de pioneros del 2000, unas olimpiadas scout que mi generación realizamos ese año, cuando la vi, un escalofrío recorrió mi cuerpo, la emoción era incontenible.
Cada vez que se sacaban de la “cápsula” los objetos uno por uno, era impresionante ver la cara de toda la gente, de los antiguos y de los responsables actuales que vivimos ese entierro del 2000, pero también de los más pequeños, desde castores hasta rutas, porque aunque estoy seguro de que no comprendían mucho del significado que tenía todo aquello para los más antiguos, la emoción se contagiaba y su oportunidad la tendrán sin duda en el 2020.
Toda esta euforia del fín de semana acabó, no podía ser de otra manera, con un fuego de campamento con todos los antiguos y con un Ani kuni que cerró un maravilloso encuentro.
En mi opinión es el acto, la ceremonia, más emotiva e importante de nuestro grupo, una forma de unir a la gente que ha pasado por este Grupo Scout durante sus casi 50 años de historia y una manera de no olvidarnos de cómo éramos, quiénes somos y cómo queremos ser.
Carlos FP