Se podría decir que el pasado fin de semana no paramos ni un momento…
¡Anduvimos con la Luz de la Paz de Belén de un lado para otro!
Pero por supuesto, aprovechamos para hacer actividades chulas en cada sitio por el que pasamos.
Todo empezó el viernes en la parroquia de Los Rosales en A Coruña, a donde acudimos todos los responsables de la Diócesis de Santiago para recoger la Luz de la Paz de Belén.
Tras una ceremonia organizada por la ADE, compartimos unos pinchos con nuestros compañeros scouts de Coruña y Santiago para desearnos unas felices fiestas y unos campamentos provechosos.
Y como la Luz de la Paz de Belén no podía quedarse quieta, nuestros rutas decidieron llevarla el sábado a la residencia Geriatros, donde el pasado curso había organizado unas divertidas actividades de voluntariado con los mayores.
Allí participamos en la misa de la residencia y les regalamos un candil con la Luz de la Paz para que ilumine el centro durante estas fiestas.
Y como los rutas echaban de menos pasar un tiempo entretenido con los mayores de Geriatros, después de la misa organizaron un taller de manualidades navideñas.
Así, los mayores y los scouts disfrutaron nuevamente de un tiempo juntos aprendiendo los unos de los otros, fomentando la creatividad y recuperando la motricidad en una lucha victoriosa contra las tijeras y la cola.
¡Y el domingo llegó la gran celebración en nuestra parroquia!
Todos madrugamos mucho ese día: los responsables y los niños para ponernos manos a la obra con los últimos preparativos del Belén Viviente y los padres para preparar unos deliciosos manjares que después compartieron con nosotros.
En el medio de una eucaristía amenizada por los villancicos que prepararon los niños de catecismo, los scouts sorprendimos a una iglesia llena de gente con un bonito Belén Viviente.
Lobecos, rangers, rutas e incluso responsables hicimos gala de nuestras dotes interpretativas para contar la historia del nacimiento de Jesús, una aventura en la que intervinieron soldados romanos, posaderas amables, vírgenes, ángeles, bebés y muchos muchos pastores!
Tras las ofrendas de los pastores al niño Jesús, la virgen María les entregó la Luz de la Paz de Belén, que había sido testigo del nacimiento del Mesías.
Así, todos los pastorcillos repartieron por la iglesia esa Luz para que los feligreses pudieran llevarla a sus casas.
Tras la ceremonia, el Comité de Padres organizó unos ricos pinchos para que todos pudiéramos charlar un rato y desearnos una Feliz Navidad.
La base scout se llenó de gente, y entre villancicos, comida y algún que otro vinito, nos deseamos Felices Fiestas y nos despedimos hasta la próxima aventura: ¡la acampada de Navidad!