Cada persona es distinta debido a su experiencia.
Pero en general, una vez adultas, las personas tendemos a ser prácticas.
Nos interesan más aquellos aspectos de la lección que nos serán realmente útiles para nuestro trabajo.
Es decir, tenemos cierta tendencia a «ir al grano».
Si tenéis pensada una formación dirigida a adultos, os irá bien seguir estos consejos:
- Sé explícito y pon énfasis en aquellos aspectos que crees que les serán realmente útiles para sus respectivos trabajos.
- Empieza tu presentación identificando cuáles son las debilidades que trataréis.
- Por tanto, focaliza tu discurso no en la información general, sino en aquellos aspectos que pueden ser el centro del problema o falta de aprendizaje.
- Da la oportunidad a tus alumnos a que añadan sus inquietudes para que también sean tratadas.
- Deja tiempo para las preguntas y anima a que la gente comparta su situación.
- Intenta centrar tu sesión de formación a atender los problemas que tus alumnos han identificado.
- Crea situaciones que propicien a la interacción y al feedback entre alumnos y formador.
- Puedes proponer trabajar en pequeños grupos para que sea más fácil compartir experiencias y situaciones.
Extraído de How Adults Learn?, OMMS.