Aunque parece que el otoño ya asoma, aún quedan dos semanas para disfrutar del verano en este Centro Scout.
Y que llegue el otoño no sólo es sinónimo de caída de temperaturas y cambios de colores en la vegetación.
También significa que acaba la etapa de los voluntarios -los pinkies- que están allí desde inicios del verano.
Pero a pesar de la pena que esto supone para ellos, aún tienen razones para sonreír y seguir disfrutando de estos últimos días.
El último fuego de campo, las últimas excursiones y actividades guiadas, las últimas fiestas…
¡O el salto en paracaídas desde 4.000 metros de altura sobre los Alpes suizos!
Así de intensos están siendo las últimas horas de Annie como ‘pinkie’.
Su trabajo allí es hacer de guía de montaña.
Se siente muy afortunada por ello, pues le permite pasear por estas hermosas montañas todos los días de la semana.
Y esto le dibuja un enorme sonrisa en su cara.
Pero lo que es aún mejor, dice, es conocer scouts de todo el mundo, divertirse con ellos y ayudarlos en alcanzar metas que jamás pensaban podrían lograr.
Los últimos tres meses le han pasado volando gracias a las experiencias vividas.
Se irá sintiéndose una privilegiada por haber vivido este varano como lo ha vivido: intensamente y al más puro estilo scout.
Vía KISC-Think Pink y foto