Pocos seréis los que no hayáis visto ya este genial corto de Pixar: La luna
Os invito a volver a contagiaros con su magia una vez más…
Ahora quiero contaros 3 moralejas/historias/enseñanzas que se derivan de este cuento, quédate con la que más te guste (o con las tres):
Moraleja:
– La luna… este es el gran reto del escultismo.
Los educadores son modelos para los chavales (lo quieran o no), tratan de educar por la acción, transmitir la experiencia que ellos acumulan.
Pero el gran éxito de un educador es descubrir que el chaval es protagonista de su educación y no limitar nunca su potencial.
Porque, aceptémoslo, si en algo nos ganan nuestros chavales es en potencial, el nuestro ya le tenemos atado por nuestras limitaciones autoimpuestas… sin embargo ellos lo tienen intacto.
Tenemos que ser capaces de mirar a nuestros chavales y admirar su potencial…
Y descubrírselo, o al menos no poner trabas a que lo descubran.
Nuestro gran reto es que se den cuenta de lo grandes que son por todo lo que guardan dentro para que lo desarrollen y lo saquen fuera.
Historia:
– A vuestro kraal (equipo de responsables) llega una persona nueva.
Pronto dos educadores más veteranos se ponen manos a la obra para enseñarle la maravilla que esconde esto del escultismo y ponen a su alcance el método.
No hay duda de que todos persiguen los mismos objetivos pero las herramientas utilizadas por cada uno de los veteranos es diferente, tal vez porque pertenecen a generaciones distintas, tal vez por que a ellos les enseñaron así…
Sea como sea, cada uno piensa que el suyo es el mejor (por algo lo usa) y trata de inculcárselo al nuevo, el cuál intenta aprender e imita a los dos.
Sin embargo, de pronto, aparece una dificultad, un reto ante el cuál las herramientas de los veteranos no funcionan.
Pero el nuevo tiene otra PERSPECTIVA, está lleno de ILUSIÓN y se ATREVE a poner en marcha un plan.
De pronto descubre su lugar, deja de imitar y encuentra la herramienta que mejor le va… desarrollando todo su potencial.
A los dos educadores veteranos, tras la sorpresa inicial, solo les queda una cosa que decir:
«No sabemos muy bien como lo hemos hecho… pero algo hemos hecho bien».
Enseñanza:
– A mi me gustaría pensar que el niño es un scout en una nueva misión.
Y pone en práctica varias actitudes que vienen bien evaluar como las tenemos de desarrolladas:
- Observa. El niño observa cómo es la gente que ya conoce la misión, que lleva realizándola un tiempo y prueba a imitarles.
- Escucha. El niño escucha con atención, busca información de todas las fuentes que tiene a su alcance. Está en búsqueda.
- Admira. Se deja abobar por los milagros que se encuentra. Está abierto, se deja emocionar.
- Descubre. Interactua con su misión, adquiere experiencias propias que harán que pueda aportar algo nuevo al resto.
- Ríe. ¿Os habéis fijado qué hace el niño mientras los dos adultos están discutiendo? El sentido del humor es vital. Una sonrisa nunca sobra.
- Crea. Tiene capacidad para generar ideas nuevas y el valor para comprometerse con ellas y llevarlas a cabo.
- Trabaja en equipo. Cuando nos empeñamos en hacer la guerra por nuestra cuenta probablemente nos perdemos lo mejor de la experiencia: Compartirla.
¿Cómo lo veis?, ¿falta alguna?, ¿cuáles os cuestan más?, ¿y en cuáles sois unos máquinas?
Os animo a volver a ver el vídeo, ahora con otros ojos.
Feliz día.
Los artículos de la sección ‘Tú opinas’ reflejan exclusivamente las opiniones de sus autores y no tienen porque coincidir con posicionamientos del Movimiento Scout Católico.