Son aquellas acciones que ejecutamos multitud de veces sin darnos cuenta o sin planteárnoslo y que organizándolas y ejecutándolas de diferente forma, nos ahorrarían mucho tiempo “perdido” o poco aprovechado en el trabajo.
Todas las profesiones y puestos de trabajo cuentan con sus ladrones de tiempo, pero me gustaría destacar algunos de los más comunes en el trabajo de los educadores.
El detectarlos y ser conscientes de ellos, nos ayudará a evitarlos y combatirlos.
Reuniones.
Desde mi punto de vista, el gran recurso utilizado donde se pierde el mayor tiempo de trabajo.
Para organizar una reunión hay que saber organizarla y llevarla.
En otro post hablaremos de las reuniones pero las reuniones no debe ser tiempo perdido, debe ser tiempo productivo.
Comunicación ineficaz.
Dentro de los Equipos de Trabajo el mayor ladrón de tiempo es la comunicación ineficaz.
Si no transmitimos mensajes claros es muy posible que los demás realicen mal el trabajo y tengan que volver a repetirlo, lo cual supone una enorme pérdida de tiempo.
Debemos comunicar con claridad y comprobar que la otra persona ha comprendido lo que intentamos transmitirle. De la misma forma, hay que escuchar con atención y preguntar si algo no nos queda claro.
Interrupciones y visitas inesperadas.
Hay que tener en cuenta que se tarda una media de 15 minutos en volver al ritmo de concentración (y por lo tanto de productividad) después de cada interrupción.
Indefinición del trabajo a desarrollar.
Un educador no es un todo terreno. En la práctica si, pero no debe ser así y los límites los debemos poner nosotros. Para poder realizar nuestro trabajo de forma eficaz, debemos saber cuál es nuestro trabajo.
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