La tendencia es aprovechar los espacios que ha dispuesto la naturaleza para darse un buen chapuzón: esas son las piscinas naturales.

Espacios estancos en los que penetra el agua del mar o brota un manantial o circula un río.

Es difícil sustraerse a su encanto.

Las piscinas naturales forman un recurso único de no pocas zonas rurales.

En ellas no ha intervenido la mano del hombre sino para acondicionar unas escaleras, pasarelas o un trampolín.

Son las zonas de baño “de siempre”.

Ahí van las 15 mejores piscinas naturales que hemos encontrado repartidas por España:

1. Fontcalda

La Fontcalda se ubica en la localidad de Gandesa (Tarragona).

Ajustado entre montañas, junto al río Canaletes, el balneario de la Fontcalda es una sorpresa para los senderistas.

La carretera que une Gandesa con Benifallet, la C-43, da el acceso por una pista forestal hasta el lugar.

Cerca, el Santuario del s. XIV, y escenario imborrable de la Batalla del Ebro de la Guerra Civil, al que se le ha dedicado un museo altamente recomendable.

2. Aniol d’Aguja

Seguimos en Cataluña, pero ahora desplazados hasta la provincia de Girona, en la preciosa comarca de La Garrotxa.

La poza refrescante del Gorg blau de Sant Aniol es un estímulo permanente para los viajeros que se deciden por el senderismo en la comarca.

La ruta para llegar hasta aquí es un atractivo en sí mismo por la historia local con sus leyendas y el entorno natural.

3. Beceite y la ruta del Parrisal

Entre el estupendo paisaje de los Puertos de Beceite, en la comarca del Maestrazgo (Teruel), se encuentra la ruta del Parrizal de Beceite.

Decorada con cañones practicados por el río Matarraña y señalizada desde el Pla de la Mina hasta los Estrechos (1,5 h. Desde Beceite: 2,5 h), la ruta es accesible para todos los públicos.

Las pozas, las piscinas naturales, son un refresco estupendo para las excursiones de verano.

4. Piscinas naturales en la Sierra de Gata

Acebo (L’Acebu) es un pintoresco pueblo de la Sierra de Gata, según sus habitatantes “famoso por sus encajes de bolillo y las naranjas”.

Lo encontrarás en Cáceres, al noroeste, cerquita de la frontera con Portugal y a resguardo en las faldas del monte Jálama.

A 2 km del pueblo en dirección a Ciudad Rodrigo te toparás con las piscinas naturales Jevero y Carreciá y con los servicios de bar.

5. El Caletón en Garachico, Tenerife

Canarias es especialmente abundante en piscinas naturales.

En general, en recursos naturales parece inalcanzable.

El Caletón es una piscina natural ubicada en el término de Garachico, en la isla de Tenerife.

Las formas de esta peculiar piscina frente al Océano no corresponden a ningún arquitectura afamado, aunque sean preciosas, sino al azar de la lava solidificada en 1706, cuando entró en erupción el volcán de Trevejo (conocido también como Arenas Negras).

6. A chavasqueira

Las de Chavasqueira, en Ourense, son propiamente unas termas.

Como las pozas de Outariz, parecen sacadas de contexto.

Sus aguas emergen a 62,6º y llegan a las piscinas a 43º.

Se ha hablado de sus beneficios para la salud, como tratamiento contra la artrosis, el acné o la dermatitis.

Son conocidas como Caldas do Obispo porque fue tal figura la que mandó acondicionar la zona para el baño.

7. Garganta de los Infiernos

Le faltaba al Valle del Jerte, en Cáceres, unas piscinas naturales como la de la Garganta de los Infiernos para tenerlo todo.

Y todo es, incluso, las cerezas del Jerte, el fruto de ese milagro blanco de la primavera.

La Garganta de los Infiernos es una Reserva Natural en la Sierra de Gredos y es el lugar desde donde se accede a Extremadura desde Ávila.

Estas no son las únicas pozas, pero sí las más famosas del lugar.

Conocidas también como pilones, hay interesantes rutas que cruzan cascadas, pozas y la flora y fauna de este lugar cacereño.

8. Fuentes del Algar

Les Fonts de l’Algar se ubican en Alicante, a 15 km de Benidorm y a 3 km de Callosa d’en Sarrià.

Si alguien le ha puesto pega a tanta maravilla se debe a la sobresaturación de visitantes.

Se declaró en 2002 Zona Húmeda protegida y aunque conserva un grado excelente de conservación medioambiental, también ha integrado servicios turísticos algo invasivos.

No obstante, es indudable su conservación y el valor que otorgan a la educación medioambiental a través de información, rutas, etc.

Los adultos pagan 4€ y los niños, 3€.

9. Las Chorreras

En Cuenca, en el término de Enguídanos, encontrarás el lugar conocido como Las Chorreras, en el curso del río Cabriel.

El paraje se ha definido como “un caos de saltos y cascadas, cuevas laterales y pozas de color esmeralda al pie de espumeantes rabiones salvajes”.

Parece acertado. Desde el embalse de Víllora hasta que el Cabriel se junta con el Guadazaón (Junta de los Ríos), hay toda una zona de piscinas naturales en Cuenca.

10. El Charco Azul

El Charco Azul es un nombre tan genérico que no da la impresión, de palabra, que sea un lugar fantástico.

En la breve isla de El Hierro, en El Golfo (municipio de La Frontera), frente al Océano, se han dispuesto dos pequeñas piscinas naturales: cuevas a las que se accede caminando algo más de 15 minutos.

Una de ellas, la que veis, es el Charco Azul, un nombre (de nuevo) que podría llevaros a otras piscinas naturales con el mismo topónimo, aunque en la isla de La Palma, en San Andrés y Sauces.

11. Pozas de Mougás

Hasta llegar al mar, diferentes ríos corren nerviosos a través de valles, saltos y pozas por la Serra da Groba.

Es el concello de Oia, en Pontevedra, y los ríos que tratamos aquí los de Mougásy Pías.

La carretera que une A Guarda y Baiona, la C-550, es la que necesitaréis alcanzar para llegar a las pozas.

Cerca de las piscinas naturales de Rego das Pías se dispuso un área recreativa.

12. La Maceta del Hierro

De El Hierro ya hablamos sobre su Charco, aquella piscinita natural metida en una cueva.

Pero hay más (Dios sabe cuántas más) en la isla: la conocen como la playa de La Maceta, pero es un mirador al infinito con un piscina natural integrada, en el término de La Frontera.

Aquí el hombre si ha debido practicar, con tino, todo hay que decirlo, ciertas obras: pasarelas, escaleras y algún que otro ajuste menor.

13. Cantonigrós

Muy cerca del precioso pueblo de Rupit, en Santa María de Corcó (Barcelona) se encuentra Cantonigròs (o Cantoni).

El lugar se suele visitar por dos motivos: por el Festival Internacional de Música (en julio) y por el paraje de La Foradada.

El nombre hace referencia al hueco (forat, en catalán) que forma la roca.

A su lado, una cascada de 15 m crean, con un juego de luces, un ambiente muy especial al que acceden personas de todas las edades después de una excursión de unos 20 minutos.

14. Piscinas naturales de Agaete

El lugar donde se encontraban las antiguas salinas son hoy unas piscinas naturales frente al mar.

En realidad, frente al Océano: estamos en Gran Canaria, en el término de Agaete.

El agua lleva un flujo constante, las piscinas se llenan o vacían según place a la marea.

Las obras de acondicionamiento han mejorado mucho la experiencia del viajero en las piscinas naturales de Agaete.

15. Pou Clar d’Ontinyent

En Ontinyent, término de la provincia de Valencia, nace el río Clariano.

Este es el responsable de las piscinas naturales de Pou Clar.

Nada más brotar, el río ha conformado unos metros más allá pozos de agua cristalina a fuerza de pulir y horadar la roca.

Cada pozo tiene un nombre (el dels esclaus, el gelat, el fosc…).

En coche, puedes llegar a través de la CV-81, entre Ontinyent y Bocairent, y tomando el desvío hacia Fontanars del Alforins, donde encontraréis un aparcamiento.

Vía Escapada rural