Existen muchas clases de botas, en función de su diseño (por ejemplo, la altura del tobillo, la rigidez de la suela o el material), marcas y precios.
Es esencial que las botas sean de nuestra talla, ya que tanto una talla más grande como una más pequeña nos provocarán daños en los pies.
Por eso, deberemos evitar en la medida de lo posible que nos presten las botas, procurando tener siempre unas botas propias de nuestro tamaño.
Cuando adquiramos unas botas nuevas deberemos tener en cuenta que los primeros usos pueden causarnos molestias hasta que la bota se adapte a nuestro pie.
Por eso, si compramos botas antes de una marcha de más de un día, es más que recomendable estrenar las botas previamente.
Para adquirir unas botas deberemos saber que:
- Debe quedar un pequeño hueco entre nuestros dedos y la bota.
- Algunas botas son más altas y otras más bajas. Las bajas protegen menos el tobillo, pero si son demasiado altas pueden llegar a estorbar.
- La bota debe protegernos del agua. El Goretex es un material que impide que la bota cale, aunque también existen otros productos similares.
- Una suela demasiado rígida molestará a la planta del pie.
- Si vamos a usar crampones hay botas que tienen agarres específicos. No todos los crampones y botas son compatibles.
Para colocarnos la bota:
- La bota debe quedar bien atada y el pie debe estar firme, sin que pueda bailar y sin que podamos levantar el talón.
- No hay que pasar los cordones por el tobillo o por la pierna porque además de ser molesto nos puede causar heridas.
- El nudo final debe ser firme para que no se nos suelte mientras caminamos. Un buen nudo debería aguantar toda la marcha.
- Asegúrate de tener cortada las uñas y que no sobresalgan de los dedos, porque en las bajadas, podrías estar chocando con ellas en el final de las botas, y al final te haces daño. No es la primera vez que alguien muda las uñas por culpa de esto.
Para mantener la bota:
- Si se nos han mojado, se suele aconsejar dejar papel de periódico en su interior para que se sequen pero esto provoca que la humedad se mantenga y pudre la bota, por lo que lo más aconsejable es sacar la plantilla que hay dentro de la bota y abrir bien la apertura de la bota, permitiendo que salga la humedad.
- No deberemos guardar las botas junto a radiadores ya que con el calor pueden deformarse.
- En caso de que queramos limpiar el barro acumulado en la bota deberemos evitar mojarla directamente con un chorro de agua (a excepción de la suela). Para limpiarla lo mejor es utilizar un cepillo con cerdas de alambre para botas y si nuestra bota lo requiere (normalmente si es de cuero) habrá que frotarla después con el aceite recomendado para el material de la bota, para mantener la permeabilidad.
Todo lo de arriba mencionado es orientativo, ya que cada bota es única, por lo que cuando adquiramos unas botas será mejor hacerlo en un comercio especializado en el que asesoren acerca de cada bota en particular.
Si no se tiene experiencia comprando botas te aconsejarán la talla que mejor te convenga para el uso particular que se les vaya a dar y te darán instrucciones específicas de cómo vestirlas y mantenerlas.