¿Quien no ha dicho alguna vez con nostalgia eso de «En mi época…»?
A lo largo de los años, nuestros sueños, nuestros deseos, nuestra vida cambia.
No siempre son grandes cambios ni son repentinos.
La mayor parte de las veces, son cambios pequeños que pasan desapercibidos, especialmente a los que pasan mucho tiempo con una persona, incluida la propia persona.
Es, con el paso del tiempo, cuando esos pequeños cambios son percibidos.
Enseñamos a nuestros chicos a ser protagonistas de su propio desarrollo, a ser conscientes de ese cambio, a ser actores y no espectadores.
Y nosotros, responsables, tenemos una oportunidad inmejorable para ser ejemplo.
Hoy llega el tiempo del cambio: la Cuaresma.
Comienza un tiempo de preparación, de análisis de uno mismo a la luz del Evangelio y de cambio personal.
Como al huevo de este vídeo, sólo el miedo al cambio nos puede parar.
P.D.: A nuestros chicos les animamos a mejorar, pero ¿quién nos anima a nosotros? ¿Quién te anima a ti?