Vivimos en un tiempo lleno de anacronismos al que denominamos “contemporaneidad” donde la amistad convive con la extrañeza de los otros, los semejantes.

Un mundo interconectado donde los objetos más que mediatizar las relaciones con los otros las convierte en virtuales al quitar el cuerpo del contacto real con el otro, disparando un mundo irreal donde las relaciones se multiplican pero en los “amigos” de la PC, quitando el peso y la angustia que produce el contacto entre los cuerpos.

Sabemos que los grupos de pertenencia son lugares de acogida y socialización.

Ahora… si los grupos de pertenencia se reducen a lo escolar y la escuela no es un lugar que se ocupa de lo singular de cada chico, los conflictos entre los compañeros pasan a ser superlativos.

Si definimos la violencia por la representación que cada cultura tiene de ella, en la nuestra denominamos Bullying a un tipo de violencia que tiene características que se encuentran en sintonía con la época.

Esta violencia es dirigida hacia aquello que constituye aspectos de la identidad del otro.

El Bullying es una puesta en escena que tiene tres protagonistas: la víctima, el agresor y el público…

No hay bullying sin público, que muchas veces se constituye ante el temor de ser segregado con posterioridad y pasar a ocupar el lugar de la víctima.

El agresor en muchas ocasiones convierte en un “acto heroico”.

Los espectadores admiran al agresor no por sus valores, sino por la impunidad con la que realiza sus actos sin comprender el grado de responsabilidad que ellos mismos tienen en esta consumación.

Entendemos que el escultismo es un “antibullying”, ya que entre otras cosas:

· Constituye un grupo de pertenencia

· Permite vivir experiencias reales y no virtuales

· Divide responsabilidades entre cada uno de los participantes

· Promociona la singularidad buscando desarrollar aquello que es propio de cada uno de los chicos y chicas

· Ofrece lugares para la discusión de la convivencia con la posibilidad de construir pautas que convengan a todos, responsabilizándolos por la parte que le toca a cada uno en la construcción de los lazos interpersonales.

· Apunta que quienes se encuentran en una situación compleja, puedan construir un proyecto de futuro sin necesidad de una identificación con lo negativo

Una de las mejores formas de luchar contra la violencia sin sentido es propiciar la construcción de sentidos.

¿Estáis dispuesto a animar cada uno de tus muchachoos sentidos que les sean propios y con los que puedan orientar su presente y futuro?

Vía Apuntad Alto y foto