El scout siempre disponible con una sonrisa. Así podíamos definir a Miguel F. Cerdán, jefe del Contingente de Scouts MSC en el Jamboree 2011.

¿Cómo fue el trabajo previo al Jamboree? ¿En qué consistió?
El trabajo previo al Jamboree fue pedregoso; nos encontramos con muchos obstáculos, empezando por algunas bajas importantes en el Equipo Internacional y continuando con cosas tan incontrolables como el valor de la moneda o las diferentes mentalidades entre el norte y el sur de Europa.

Siempre hubo una máxima: que el contingente MSC se sintiera lo más arropado posible, desde el comienzo del camino. Y para ello se trabajó duro negociando precios, revisando horarios de viaje, colaborando con otras asociaciones, contactando con proveedores, coordinando a las Patrullas… Un trabajo bastante intenso, pero desgraciadamente invisible: tras el resultado final siempre hay mucha gente esforzándose, y eso es algo que nunca debemos perder de vista, más aún cuando la mayoría de ellos son voluntarios.

¿Cuál fue tu labor allí (en el Jamboree)?
Siendo rigurosos, sólo puede haber un Jefe de Contingente para toda la Federación de Escultismo en España, que en esta ocasión le correspondía a ASDE. Pero para entendernos, podría decirse que yo fui el Jefe de Contingente de Scouts MSC.
La labor como Jefe de Contingente consiste principalmente en cuidar de todos los componentes del grupo, tanto participantes, como responsables de patrulla y de unidad, como voluntarios en servicio adscritos. Hay que informarles de los eventos, del funcionamiento del campamento, de los horarios, de las reglas de convivencia, de los arreglos de última hora, de las urgencias de cualquier tipo… En ese sentido fui la correa de transmisión entre la organización y el contingente.

Pero también hay mucha tarea escuchando las necesidades y las quejas de los tuyos, procurándoles materiales o servicios que les faltan, visitándoles y animándoles, siendo simples oídos para que tus adultos se desahoguen (¡Que eso ayuda mucho!). De alguna manera, y continuando con el propio método Scout: siendo el hermano mayor.
En todas estas tareas pude contar con el apoyo incondicional y valiosísimo de dos voluntarios que bien se merecen todo el mérito de las cosas que hayan podido salir bien, que son Ximo Mora, de Valencia, e Irene Cabeza, de Córdoba.

¿Es comparable al resto de tus experiencias internacionales? ¿En qué se diferencia?
Bueno, experiencias internacionales hay de muchos tipos. Las que yo he vivido hasta la fecha han sido similares entre sí, de corte norte-europeo: la organización, el sistema de funcionamiento, las reglas, las tradiciones… En ese aspecto, sí es comparable.
Sin embargo, esto es un Jamboree Scout Mundial. De hecho, el más grande de la Historia, según nos dicen: casi 40.000 personas, sin contar con las más de 6.000 que nos visitaban todos los días. Sólo por eso uno ya siente una especial emoción, ya siente que tiene algo importante que contar a la vuelta.

Tal vez también hubo otras pequeñas diferencias: Suecia es un país muy pacífico y cívico, y eso se notaba en el día a día, donde apenas había control ni seguridad. Se confiaba mucho en la gente, quizá demasiado, y eso pasaba pequeñas facturas.
Por otro lado es un país con grandes bosques y el espacio natural es muy fértil. Es por ello que se contó con cantidades inmensas de madera para disfrutar haciendo todo tipo de construcciones y pionerismo: ¡Las imágenes que abundarán por Internet hablan por sí solas!.

¿Con qué te quedas del Jamboree?
Es difícil quedarse con una sola cosa… Además, cada uno lo experimentó de formas distintas. Desde mi posición, creo existen un montón de cosas de las que deberíamos aprender aquí: el respeto reinante en todas las reuniones de Jefes de Contingente, donde las críticas o las quejas no significaban una brecha insalvable; el amor por las formas Scout, por los modos Scout, que lejos de ocultarse, se exhiben con orgullo; el afán integrador de todas las culturas, tradiciones, religiones… Que no es lo mismo que te lo cuenten a vivirlo, con las dificultades que eso implica, incluso hasta logísticas. También me quedo con un buen montón de notas y de ideas para en un futuro, quién sabe cuándo, ser capaces de hacer algo así en España. Muchas lecciones prácticas aprendidas. Y por supuesto, cómo no, me quedo con multitud de imágenes grabadas en mi mente de gente de todos los rincones del planeta cambiando el mundo, como decía nuestra canción oficial.

¿Qué conclusiones se sacan de un evento como este?
La principal conclusión es que en Scouts MSC no tenemos nada que envidiar a otros contingentes tradicionalmente más fuertes: nuestros chavales han demostrado en más de una ocasión ser más nobles que sus vecinos, nuestras habilidades manuales han estado a la altura de las de cualquier otra Patrulla, hemos sabido divertirnos con respeto pero también con mucha alegría, hemos participado en actividades religiosas todos juntos, nuestro nivel de implicación en el funcionamiento del Jamboree ha estado incluso por encima de la media, enviando a tareas voluntarias a más ISTs de los que cabría esperar (¡Nuestros “Jamboree Heroes”!)… La cantera está bien preparada, y eso es algo de lo que creo que podemos sentirnos orgullosos todos los educadores del MSC.

Por otro lado, de puertas para afuera, el haber convivido durante tantos días con todo tipo de personas, teniendo una sola cosa en común, una idea humanista y positiva, y que las cosas hayan funcionado tan bien le hacen recuperar a uno la fe en el ser humano y reafirmarse en que esto que hacemos todos los sábados y que tantos quebraderos de cabeza nos trae es realmente algo bueno. Silencioso, discreto, humilde… Pero profundo.

¿Cómo ves el escultismo a nivel mundial?
Supongo que hay de todo: organizaciones nacionales muy fuertes, muy bien organizadas y con muchos recursos detrás; otras muy bien consideradas en sus países; otras muy luchadoras, pese a provenir de naciones muy empobrecidas.

Se ven muchos puntos de colaboración entre muchas de ellas; incluso contingentes que organizan el Jamboree conjuntamente, como es el caso de los países luso-parlantes. Existe una conciencia muy profunda sobre la unidad del movimiento scout sin que eso perjudique a las realidades de cada comunidad, y eso es algo de lo que estar muy agradecidos al escultismo mundial: no es impositivo, es integrador. Las tradiciones más débiles son mimadas especialmente como una auténtica riqueza cultural: las religiones minoritarias, las etnias más pobres, etc. Y los idiomas, pese a existir solo unos pocos oficiales, se comparten y se aprenden con auténtica pasión: ¡Seguro que muchos de nuestros chavales han vuelto sabiendo unas cuantas palabras en más de dos y de tres idiomas exóticos!

El escultismo a nivel mundial, se hace físico, tangible, en el Jamboree y uno se alegra de pertenecer a este movimiento.

¿Un momento inolvidable?
Anécdotas hay miles, y son inolvidables; pero momentos con los que me quedo, dos tipos: el reencuentro con amigos scout de pasados eventos, gente que piensas que no volverás a ver nunca, y de repente alguien grita tu nombre al otro lado de la calle, y allí están; y el momento de renovación de la Promesa en la Ceremonia de Apertura. No es lo más espectacular ni es lo más colorido, pero para el que sabe ver, es lo más emocionante: compartir en silencio el saludo scout con miles de personas y después recitar la Promesa.

¿Cuál es la imagen que se tiene de Scouts MSC fuera?
Pues España gusta. A todo el mundo. Y eso es algo que objetivamente se puede constatar pasando apenas un rato delante del stand que teníamos allí o preguntando a cualquiera. Es algo que vengo percibiendo también en mis pasadas experiencias internacionales. Tal vez sería bueno que tomáramos una mayor consciencia de ello, y de la fuerza que como contingente podemos llegar a tener: ganar autoestima y desterrar estereotipos de otras épocas.

En cuanto a Scouts MSC, nuestros amigos de la CICE y del entorno mediterráneo y sudamericano nos conocen bien y somos muy bien recibidos. Hay mucha gente pendiente de nosotros en el extranjero, esperando que nos convirtamos en la Federación fuerte que podemos ser, deseando vernos al frente de iniciativas, liderando propuestas, organizando eventos internacionales. Quizá también estén deseando que por fin llevemos a los Jamborees una Food House española, con nuestro jamón, paellas y tortillas… Quién sabe.

¿Repetirías?
Claro que sí, sin duda. ¿Al frente del contingente? Bueno, eso habría que hablarlo. También es bueno saber dar el relevo a tiempo y seguro que hay muchos Rutas y responsables jóvenes (o no tan jóvenes) que dentro de cuatro años estarían encantados de tomar este cargo y llevarnos a todos al Jamboree Scout Mundial de Japón.