Soy Paloma, del Grupo Scout La Inmaculada, de Córdoba.

Tengo 24 años y hace unos cuatro años conocí a varios responsables del grupo, hoy muy buenos amigos, que me animaron a probar en esto del escultismo.

De pequeña iba todos los veranos a campamentos y siempre había pensado que de mayor quería ser monitora, y ¡voilà!

Desde que entré en el grupo siempre he trabajado con lobatos, una rama muy agradecida y divertida.

Estás haciendo un Erasmus en Dortmund, ¿verdad? ¿Qué estás estudiando y por cuánto tiempo?

Estoy acabando la carrera de Traducción e Interpretación y durante este curso estaré en Dortmund trabajando en un instituto como auxiliar de conversación en las clases de español de bachillerato.

Antes de partir, ya tenías claro que querías seguir vinculada al escultismo y por eso te pusiste en contacto con la Secretaría Internacional de Scouts MSC. ¿Qué querías, exactamente?

Hace dos años me concedieron la beca Erasmus también para Alemania y en cuanto supe la ciudad a la que iba busqué grupos scouts, pero al ser tan pequeña no había ninguno.

Así que esta vez que tenía la oportunidad de estar en una ciudad grande, pensé que podía volver a intentarlo y me puse en contacto con vosotros.

Me llamaba la atención saber cómo trabajaban los grupos aquí, cómo sentían ellos el escultismo.

Además, creo que el conocer nuevas formas de escultismo puede abrirnos la mente y darnos ideas para nutrir a nuestros grupos y a nosotros mismos.

¿Es tu primera experiencia internacional?

Sí. Tengo amigos que han estado en los Jamboree, el Roverway, en Kandersteg…

Y siempre me han enseñado las fotos, me han contado las experiencias, pero nunca había podido asistir a ninguno.

¿En qué grupo estás? ¿Qué haces, exactamente?

El grupo se llama Dortmund Husen y participo en la rama de pioneros, los «Pfadfinder» o «Pfadis».

El equipo de responsables lo formamos Michael, un hombre bastante activo y comprometido y que forma parte del Consejo de Grupo; Kiano, un ruta en servicio, y yo.

Nos reunimos los miércoles de 18:30 a 20:00 en la casa scout en Husen (una barriada a las afueras de Dortmund) y ahora mismo los chavales están trabajando en la programación de un proyecto social para llevarlo a cabo a finales de noviembre.

¿Cómo ha sido la adaptación al grupo y al escultismo alemán? Seguro que te han acogido super bien…

La verdad es que han hecho que me sienta una más de ellos.

El primer día llegué a la reunión con Michael y le dijo a los chavales que tenían una nueva monitora y me invitó a presentarme.

Y a continuación se presentó cada uno y pusieron su nombre en un cartelito sobre la mesa para que fuera más fácil.

Siempre que tengo alguna duda les pregunto y no tienen problema alguno en explicármelo.

Al principio me sentía un poco perdida, por la dificultad del idioma, los términos específicos scouts…

Quizás lo que más me cueste es entender las explicaciones, pero poco a poco vamos avanzando.

¡Ya he conseguido aprenderme los nombres!

¿Qué estás aprendiendo de él?

Más que una respon de pioneros soy una lobata, voy con los ojos y los oídos bien abiertos para aprender lo máximo posible.

Lo que más observo es la forma de trabajar, cómo estructuran las reuniones, que aunque pueda resultar difícil, me gustaría ayudar a Michael a programar.

Cómo se comportan los chavales y cómo reaccionan cuando se les propone alguna actividad, lo participativos que son.

Imaginamos que tendrán formas de trabajar distintas a las que estabas acostumbradas, como ¿por ejemplo…?

Hasta ahora no he visto grandes diferencias, pero sí me he dado cuenta de que la rama pioneros trabaja de una forma bastante independiente.

Suelen trabajar mucho el trabajo en grupo y tienen bastante libertad para tomar decisiones.

Otra cosa que me ha llamado la atención es que sólo se ponen el uniforme y la pañoleta para los encuentros con otros scouts.

Ir a vivir a otra ciudad es algo emocionante pero también difícil, ¿te está ayudando el escultismo en todo esto?

Sí, ¡mucho!

Cuando me puse en contacto con ellos conocí a Felix, el animador ruta, y él me estuvo asesorando para la búsqueda de piso, me facilitó páginas de internet donde encontrar muebles, donde buscar actividades para hacer en la ciudad…

Además, el segundo día de estar en Dortmund me enseñó la ciudad y me acompañó a hacer «las primeras compras».

Y siempre que podemos sacamos un hueco para vernos y charlar.

Se agradece saber que hay personas que también comparten esta forma de vida y que están siempre dispuestas a ayudar.