Porque somos scouts y queremos dejar el mundo mejor del que lo encontramos.
No está de más echar un vistazo a estos consejos que nos ayudarán a tener un comportamiento más sostenible en nuestro día a día.
¿Qué deberíamos tener en cuenta a la hora de comprar y consumir productos alimentarios?
Origen de los productos
La lejana procedencia de algunos alimentos y su comercialización afecta al transporte.
Cuanto mayor es la distancia, mayor es el coste energético y más desiguales las relaciones de producción.
Consumir productos locales ayuda a construir una sociedad más igualitaria y ayudamos a los comercios tradicionales.
Relación con los proveedores
La comercialización a gran escala provoca que los productos tengan que ser estandarizados, duraderos y fáciles de transportar.
Esto tiene consecuencias negativas en la agricultura, nuestra salud y el medio ambiente.
La gran distribución genera una asimetría entre el poder de las grandes cadenas y el de los productores.
Envases y embalajes
Conviene evitar los envases innecesarios y apostemos por la compra a granel.
Cuidemos el consumo de bolsas de plástico.
Excedentes
Tiramos mucha comida (entre un 10% y un 40% de lo que se produce, según estudios recientes).
Organicémonos para aprovechar lo que sobra en cada comida y compremos lo necesario.
La cultura alimentaria
Últimamente, está aumentando el consumo de comida preparada y, normalmente, desconocemos qué contienen estos alimentos.
Valorar la gastronomía y los procesos culinarios favorece la producción de productos naturales y la comercialización directa y local.
Además, nos da herramientas para cuidar nuestra salud en nuestro día a día.
Condiciones laborales
Valoremos las condiciones de trabajo de las personas que producen los alimentos que comemos: desde los productores locales a los cocineros.
Es bueno interesarse por aquellas organizaciones que trabajan con criterios de inserción laboral, relaciones igualitarias…
Vía CRAJ