Proteger, alertar y socorrer son las tres fases que debe asumir cualquier persona que vaya a intervenir en una situación con heridos o enfermos.
- Proteger el lugar de los hechos.
No debemos olvidar que después de haberse producido un accidente, puede seguir el peligro que lo originó.
Importante: no tocar nunca a un accidentado que esté en contacto con la corriente eléctrica; hay que cortar previamente, o alejarla de la víctima con un objeto aislante.
- Alertar a los servicios de socorro.
Avisar a los Servicios de Socorro: Policía, Guardia Civil de Tráfico, Bomberos, Cruz Roja, etc.
Permaneced con el accidentado y enviad a alguien a pedir ayuda al teléfono más cercano.
Ahora bien, no basta con dar la alerta, hay que hacerlo correctamente.
Hay que indicar siempre:
– El lugar y dirección exacta del accidente.
– El tipo de accidente, una descripción de lo ocurrido, y circunstancias que puedan empeorar la situación: riegos de incendio, heridos atrapados, escape de gas, etc.
– El número de heridos.
– El estado de las víctimas.
– Qué tipo de asistencia están recibiendo.
– Identificarse: dar el nombre o decir desde dónde se llama, las llamadas anónimas no inspiran confianza.
- Socorrer.
Hay que actuar con rapidez pero sin perder la calma.
Aplicaremos los primeros auxilios en la o las víctimas de una manera responsable y siempre sabiendo qué y cómo lo vamos a hacer.
En el caso de que haya más de un herido, siempre se atenderá al herido que esté mas grave, sin dejar de vigilar periódicamente el estado de los demás heridos.
Tenemos que tener mucho cuidado con el accidentado porque todavía no sabemos lo que tiene y podríamos empeorar su situación.
La actuación del socorrista se fundamenta en:
– Percibir: captar las peculiaridades de aquellos a quienes queremos socorrer. Es posible que cualquier persona que necesita nuestra ayuda, presente una peculiaridad o discapacidad que nos obligue a percibirla en el primer momento y por tanto adoptar nuestra actuación a ella.
– Explorar: Hacer las verificaciones que nos indicaran la presencia de lesiones, valorar su estado y cualquier hallazgo que nos ayude en nuestra intervención.
– Actuar: dar los pasos necesarios para evitar el agravamiento del accidente y atender las lesiones que presente el paciente.
– Evacuar: trasladar a los heridos, activando los medios necesarios para hacerlo, al Centro adecuado, lo más rápido y en las mejores condiciones posibles.
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