En esta sección trataremos de solucionar aquellas dudas que han ido surgiendo durante los distintos foros de debate sobre el Programa.

Si preguntamos ¿por qué de un campamento de grupo? Obtenemos respuestas diversas, y con diversas orientaciones.

Recogemos como argumentos pedagógicos esgrimidos en diversos foros:

  • Los mayores deben dar ejemplo a los pequeños. Es importante la interacción entre pioneros y castores y lobatos…

El Programa de Jóvenes recoge la principal inquietud de la OMMS, y del propio MSC: el programa educativo se completa en un porcentaje bajísimo. Podemos hablar de que sólo un 23% de los exploradores llega a Ruta (datos de MSC). Por tanto debemos preguntarnos si estamos ofreciendo actividades lo suficientemente atractivas y motivadoras  a los jóvenes. La respuesta es bastante clara: mayoritariamente llegan a esas edades los jóvenes que tienen como objetivo incorporarse al movimiento en calidad de responsables, aquellos que tienen una clara vocación educativa. A este perfil de jóvenes les interesa y gusta un campamento en el que se produzca la interacción con los niños de las ramas infantiles. Y no se pone en duda que eso pueda ser un espacio para fomentar el buen ejemplo de los pioneros y exploradores a los más pequeños.

Debemos sin embargo hacernos dos preguntas:

  1. ¿En qué beneficia este modelo al proyecto educativo de los mayores?
  2. ¿Qué pasa con los jóvenes que aspiran a otro tipo de actividades para su formación y educación?

El PdJ hace una apuesta firme por el método de proyectos en que son los jóvenes los que eligen sus actividades en función de sus expectativas e intereses, y es sobre esos proyectos sobre los que el PdJ hace su propuesta educativa, a través de generar contenidos educativos a los proyectos que los jóvenes proponen. En esa medida las actividades, y el campamento de verano es una de las principales en escultismo, cumplirán con su doble misión: por un lado responder a las expectativas e intereses de los jóvenes, y por otra desarrollar la propuesta educativa del movimiento.

Si enmarcamos dentro de un programa educativo de proyectos un campamento de grupo, debemos preguntarnos en qué medida intervienen los jóvenes en la elección y preparación de ese proyecto, e incluso en las actividades que se propongan. Pero Debemos preguntarnos si los pioneros quieren, año tras año, dedicarse a un campamento de verano con niños, y que además responde a una estructura repetitiva desde que ellos mismos eran castores o lobatos. El PdJ les propone como alternativa un campamento a su medida, con jóvenes de su edad, y haciendo actividades que ellos mismos eligen.

El PdJ considera que la mayoría esperan del movimiento actividades acordes con sus inquietudes. El abandono del movimiento precisamente en la edad en que las dudas vitales les asaltan y en que se ven abocados a tomar decisiones importantes para sus vidas (estudios, práctica religiosa, modelos de pareja, de familia, etc.) puede tener una respuesta adecuada en la propuesta de un campamento elegido por ellos mismos, y en el que la actividad les sea de utilidad para dar respuesta a su momento vital.

Cabe recordar aquí además que el campamento de Grupo no figura en ningún programa a lo largo de la historia como un elemento metodológico, si no que responde más bien a tradiciones y costumbres, y que aunque en España están bastante extendidas, tampoco son generalizables.

Los valores de servicio más cercanos a la realidad.

El PdJ da en las ramas juveniles extrema importancia a la vocación de servicio, hasta el punto de que se ha tenido que rebajar el nivel de exigencia en el programa inicial a sugerencia de los propios grupos piloto. Que el campamento sea elegido por los jóvenes no exime de ciertas características, entre las cuales sin duda figura la de actividades de servicio, como la de fijar objetivos que contribuyan al progreso personal de los participantes. Toda esta reflexión previa, que debe estar presente en la propuesta y elección de un campamento, se obvia con el campamento organizado y dirigido por los adultos del Grupo. El PdJ considera esta cuestión de extrema relevancia. Los objetivos educativos se hacen presentes en la reflexión previa, durante el propio campamento y en la revisión de la actividad.

Por otra parte es muy evidente que el mundo está lleno de oportunidades de servicio atractivas y satisfactorias para un joven que le acercan a realidades muy diferentes a las propias de sus etapas infantiles en el escultismo. Es necesario salir en las etapas juveniles (especialmente Exploradores y Pioneros) a conocer las necesidades de otras gentes y aprender a aportar en espacios nuevos para ir en ellos descubriendo así otras realidades, dentro del proceso de progreso de la vida infantil a la adulta.

Los campamentos internacionales.

La actividad internacional es absolutamente variable y abierta en el PdJ. Un primer pensamieto nos lleva exclusivamente la asistencia a Jamborees, y macro campamentos. Es muy interesante conocer la actividad scout en Lourdes, por ejemplo, o en Taizé… es bueno compartir un campamento de unidad con una unidad de la misma rama de otro país, sea invitándoles a España o desplazándose a su país. Y también es bueno, por supuesto participar en campamentos de gran importancia internacional.

Pero quizá la mejor explicación la dio  Baden Powell en Escultismo para Muchachos (no lo busquéis en las ediciones más antiguas)

Como Scouts, formáis parte de una hermandad de muchachos de diferentes nacionalidades y, por tanto, sois amigos de muchachos de todos los continentes. Esta hermandad del Escultismo, en muchos aspectos, se parece a una Cruzada. Los Scouts de todas las partes del mundo, son embajadores de buena voluntad que se dedican a hacer amigos echando por tierra las barreras de color, credo y clase social. Esto, por sí solo, es una gran cruzada. Os aconsejo que trabajéis lo más que podáis en ese sentido, pues pronto seréis hombres y si llega a haber pleito entre las naciones, a vosotros os corresponderá la carga y la responsabilidad.

 Las guerras nos han enseñado que si una nación trata de imponer su voluntad sobre otra, una reacción cruel puede ser la consecuencia. Una serie de Jamborees mundiales y otras reuniones de Scouts de muchos países han demostrado que, si ejercitamos la mutua tolerancia y damos y tomamos por igual, entonces habrá comprensión y armonía. Estos Jamborees han comprobado qué eslabón tan fuerte constituye la Ley Scout. Podemos acampar juntos, excursionar juntos y gozar de la vida al aire libre, contribuyendo así a forjar la cadena de la amistad.

Si somos amigos no desearemos disputar y cultivando estas amistades, que principian en las Jamborees, estamos preparando el camino para la solución de los problemas internacionales por medio de discusiones de carácter pacífico. Esto tendrá absolutamente todo lo que podamos para establecer esta amistad entre los Scouts de todas las naciones, ayudando a desarrollar la paz y la felicidad de un mundo donde prevalezca la buena voluntad entre los hombres.

A pesar de todo, el espíritu es lo que importa; nuestra Ley Scout y nuestra Promesa, puestas de verdad en práctica, acaban con todas las ocasiones de guerra y aún de fricción entre las naciones.

Razones de progresividad.

Consideramos importante que de la misma manera que los intereses y las expectativas del joven van ampliándose con la edad, el modelo de campamento vaya evolucionando en el mismo sentido. Desde el PdJ creemos que mantener a lo largo de 12 años un mismo modelo de campamento cercena las expectativas y reduce la ilusión a medida que los niños se van haciendo jóvenes. Por eso es muy constructivo que con la evolución de los objetivos, de los marcos simbólicos, y del método en general, el campamento vaya igualmente evolucionando hacia retos más difíciles, territorios más alejados y desconocidos, relaciones humanas más complejas, y en suma hacia experiencias significativas cada vez más importantes, trascendentes y próximas a la vida real.

Este modelo también puede ser ejemplo para los menores por cuanto aporta un imaginario de futuro emocionante en las primeras edades, que ven en las actividades de los mayores auténticos retos que les gustaría llevar a cabo en un futuro.

Algunas  razones son de carácter más práctico que es necesario afrontar:

Razones económicas.

Normalmente es mucho más caro un campamento por unidades que un campamento de Grupo. Esta es una apreciación relativa. La unidad de pioneros es la que realmente puede encontrarse con campamentos caros, según la propuesta que elijan, sin embargo tienen la herramienta “extrajobs” que no sólo favorece que el campamento se sitúe en costes normales, si no que contribuye a la labor educativa. Los campamentos de menor dimensión no tienen razones para salir más caros. La oferta de espacios para esos campamentos más reducidos es sin duda más amplia. Por otra parte existen alternativas tales como compartir campamentos con unidades de otros grupos, por ejemplo.

Consideramos desde el PdJ que existen soluciones alternativas que no encarecen los campamentos por la simple razón de hacerlos por unidades. No obstante el PdJ no debe ser un cinturón que constriña en sentido económico. El responsable de Grupo, junto al Consejo de Grupo, debe valorar con honestidad las situaciones especiales, y de no hallar alternativas económicas posibles, buscar una solución adecuada, que podría pasar por un campamento de Grupo siempre que se respete la iniciativa de los jóvenes.

Razones logísticas.

Las campas exigen unos mínimos, los tamaños de los autocares, las infraestructuras, etc. Pueden suponer un problema para hacer campamentos de unidad.

Nos encontramos como con la cuestión económica en que es un problema diferente en cada lugar. La legislación no es común, y los modelos de espacios de acampada tampoco.

Como para la cuestión económica, sugerimos cuando no sea posible otra alternativa, promover campamentos en coordinación con varios grupos de la zona, o incluso intercambios con grupos de otras zonas. Lógicamente este modelo afecta más a Castores y Lobatos, ya que para Exploradores y Pioneros se proponen, y sin duda los jóvenes propondrán, campamentos más activos, itinerantes, o en propiedades de pequeñas dimensiones. Se ha de valorar en este apartado la mayor posibilidad de opciones de encontrar espacios para grupos pequeños  de hasta 30 personas.

Grupos con estructuras particulares.

En algunas ocasiones se han presentado situaciones particulares, tales como Grupos en formación, con pocos responsables, o con padres que actúan como responsables y con hijos en varias unidades. Habrá una infinidad de casuística de Grupos que por su particular momento deberán hacer una valoración sobre la posibilidad de hacer campamento de Grupo hasta alcanzar una situación que pueda considerarse normal. El Jefe de Grupo junto al Consejo de Grupo deben establecer plazos y estrategias conducentes a evitar el enquistamiento de estas situaciones para poder ofrecer finalmente a los más jóvenes la oportunidad de hacer campamentos acordes a sus intereses y expectativas.

La Ruta no se va a ningún extraño lugar…

Cuando se nos plantea la cuestión de la ruta asociativa vemos que con facilidad se tiende a pensar que los jóvenes no volverán a aparecer por los locales del Grupo. Nada tan alejado de la realidad. Salvo que alguno de los jóvenes así se lo proponga por interesarse en otro tipo de clan, por desplazarse a otro lugar (sea por estudios o por otras causas), o porque en su Grupo no haya suficientes jóvenes para formar un clan, lo más probable es que cercano al Grupo (hermanado), exista un Clan. No debe levantarse un temor infundado respecto a esta cuestión.

Hay que hacer un análisis desde diversas ópticas:

¿Cuál es el camino educativo que propone el PdJ?

Lo primero que el PdJ se plantea es que la oferta educativa que se debe hacer a jóvenes de 18 a 23 años tiene que ser una oferta de actividad adulta. La sociedad considera adultos a estos jóvenes, el MSC debe ser consecuente. Sin embargo es bastante claro que durante el proceso de paso a la vida adulta es positivo hacer un acompañamiento al joven. Este proceso se ha alargado en la sociedad occidental, tal como afirma la OMMS, y es necesario considerar este factor.

El PdJ considera 4 áreas principales en las que producir ese acompañamiento, la profesional, la de comunidad, la de ciudadanía y la religiosa. Se trata pues de ofrecer al joven actividades (educación por la acción), en esas cuatro áreas, pero deben ser  experiencias reales, significativas y acordes al interés de cada joven. Eso es imposible desde una estructura de Grupo. Cada joven tiene una orientación diferente en cada una de esas cuatro áreas. El movimiento en su mayor amplitud si puede responder a esas inquietudes individuales.

La Comunidad Religiosa de Referencia.

Se puede argumentar el temor a perder la oportunidad de acercar a los jóvenes a la parroquia si el clan pasa a ser asociativo.

Hay en esta afirmación una parte de la falsa visión del alejamiento físico asociado al modelo de Ruta Asociativa. Pero nada tan alejado de la realidad. La lógica indica que los clanes con origen en Grupos que alcanzan esas etapas suficientemente nutridos van a mantener clanes físicamente ubicados en los espacios parroquiales o del colegio. Esos clanes tendrán además una  independencia del Grupo que ha de facilitar a su consiliario (los clanes deben tener consiliario) una orientación de integración como jóvenes adultos a su comunidad religiosa.

Cuando algunos jóvenes decidan organizar clanes nuevos en otros lugares, sea porque deben unirse varios jóvenes para poder formarlo, sea por una mejor identificación con otro ambiente, al final de una manera u otra estamos evitando que esos jóvenes se pierdan para el movimiento. Eso es lo que está ocurriendo en la actualidad con la propuesta PdJ.[i]

Por otra parte el programa Ruta del PdJ exige un proyecto de cierta envergadura de actividad en relación con una comunidad religiosa. Creemos que es responsabilidad de los adultos mantener una oferta de proyectos de participación que acerque a los jóvenes a sus comunidades.

Para cerrar la cuestión es muy verosímil pensar que unas comunidades de jóvenes adultos independientes, ubicadas en espacios parroquiales y colegios, deben a su vez ser un espacio para integrar a otros jóvenes de las comunidades ajenos al escultismo. E incluso la fundación de clanes sin necesidad de Grupo de soporte va a ser una de las opciones que se van a barajar con seguridad en un futuro próximo.

El Animador

Por otra parte se ha dejado abierta la posibilidad a que sea el propio Grupo quien proponga al animador, dejando así la puerta abierta  a que el famoso “espíritu” del Grupo se mantenga en el clan.

Estratégicamente…

Varias cuestiones clave son las que han llevado a este modelo (modelo ya existente por otro lado).

El protagonismo de los jóvenes…

Con el actual sistema, la participación del movimiento scout en organizaciones juveniles, actividades sociales de relevancia, y el protagonismo del movimiento en los ámbitos variados de la sociedad, se lleva a cabo por adultos. Esta situación genera la pérdida de una oportunidad educativa inmejorable. Con un sistema organizado de mucha mayor envergadura se debe dar ese protagonismo a los jóvenes adultos, generando así una nueva fuente de experiencias de muchísimo valor por cuanto son experiencias de realidad.

 La movilidad.

Muchísimos de los jóvenes del movimiento se mueven de lugar al llegar a los 18 años, mayoritariamente por razones de estudios, aunque también por otras causas. Disponer de una organización nacional capaz de mantener en red a todos estos jóvenes dándoles oportunidades de seguir su proceso educativo scout en cualquier lugar al que vayan es sin duda una garantía de crecimiento futuro y de retorno de jóvenes a los grupos de referencia. Se ha detectado que la pérdida de contacto con el movimiento en ese momento de cambio es una de las principales causas de pérdida de jóvenes y futuros responsables para el propio movimiento.

El miedo a perder responsables.

Para concluir detectamos un cierto temor a perder responsables. Los Grupos se nutren de jóvenes en etapa Ruta para reforzar sus unidades. Esto es un hecho muy generalizado. Con esto se salta una etapa y se hace una oferta demasiado concreta a los jóvenes. Los Grupos raramente ofertan actividades alternativas hasta los 21 años. Será necesario un período de adaptación, una transición para alcanzar kraales en que los responsables menores sean al menos de 21 años. Pero una vez alcanzado este punto, la mayor duración de los jóvenes en su compromiso va a suplir la diferencia con creces, y desde el PdJ estamos seguros de que a la larga va a producir kraales mucho más estables, sostenibles y comprometidos.

Es una apuesta muy generalmente compartida desde el punto de vista teórico, es decir se aprueba que eso sería lo mejor, pero que plantea dudas sobre si en el Grupo de cada uno va a ser posible conseguir. Creemos que en más o menos tiempo, con una buena planificación es posible en prácticamente cualquier grupo del MSC. Pero hay que afrontarla con valentía, paciencia, y planificación, y seguramente con algunos momentos de especial esfuerzo. Pero valdrá la pena.

[i] En la fase piloto nos hemos encontrado al menos con tres clanes que gracias a este sistema están saliendo adelante. Se trata de jóvenes que muy probablemente hubieran dejado el escultismo.

¿QUÉ ES?

La promesa Scout es un compromiso que cada joven hace ante un grupo de compañeros cuando opta por unirse al Movimiento. Al hacer la promesa Scout, el joven reconoce que está familiarizado con la ley Scout y hace un compromiso personal para hacer lo mejor para vivir de acuerdo con este código de vida.

¿QUÉ SE PRETENDE HACER?

A través de la promesa, el joven acepta la invitación del Movimiento Scout por medio de una decisión voluntaria aceptar la ley Scout y asumir la RESPONSABILIDAD de esa decisión a través de su esfuerzo personal. La realización de la promesa es el primer paso simbólico en el proceso de auto-educación. La realización de la promesa no implica que el joven deba haber demostrado ser un “perfecto” Scout. Es un punto de partida, no la línea de meta.

El hecho de que promete “Hacer lo mejor” se refiere a hacer un esfuerzo personal en la medida de la capacidad de la persona. Desde una perspectiva educativa, el esfuerzo es tan importante como el logro del objetivo. El esfuerzo es de carácter personal, y el progreso sólo puede ser evaluado en términos de cómo el joven era antes.Al hacer la promesa delante de sus compañeros, el joven hace de su compromiso un acto público. Esto no sólo hace que el compromiso personal sea “Oficial”, sino que también simboliza un compromiso social con los demás en el grupo. Por su presencia, los otros en el grupo demuestran que él o ella son aceptados como miembros. “

De “Scouting, an educational system” (OMMS 2ª ed. 2013)

 ¿La visión del PdJ?

El PdJ interpreta en su máxima extensión el texto anterior. Como elemento metodólogico existe la necesidad de tomar un compromiso personal en cada una de las ramas. Ese compromiso se hace al inicio del tránsito por la rama. De esta manera el elemento compromiso con el grupo, y compromiso de progreso personal están presentes desde la etapa de castores hasta la etapa de Ruta. Por otro lado ese compromiso queda acotado por la referencia a unos objetivos generados por las “normas” propias de cada etapa, que se corresponden con la edad madurativa del niño o joven (máximas, leyes, etc.)

Por su significado profundo la Promesa Scout requiere hacerse en un momento adecuado en el que el código vital aceptado sea netamente comprendido por el joven, así como los deberes del scout puedan ser asumidos en plena conciencia.

¿Cuál es el momento adecuado?

Si nos atenemos a las diversas tradiciones de la geografía del MSC la podríamos situar en cualquier momento entre exploradores y final de pioneros, e incluso en ruta. También encontramos en muchas ocasiones que se le da un significado de culminación, más que de origen.

Si hiciésemos una media de todas las propuestas el momento adecuado estaría entre exploradores y pioneros. Analizado en profundidad, por la capacidad de comprensión y conciencia sobre su significado y por ser el momento de un primer interés real por adquirir posturas de adultos comprometidas, realmente ese es el momento psicológico adecuado.

El PdJ, tal como se ha indicado, programa un acto de compromiso vital al inicio de cada rama. Por tanto el momento más próximo a esa etapa intermedia entre exploradores y pioneros en la que encajaría la Promesa Scout, es haciéndola coincidir con el compromiso de la etapa de pioneros (aproximadamente a los tres meses del paso de rama). Podría ciertamente hacerse en el paso de rama, por ejemplo, pero eso significaría generar 2 compromisos en apenas 3 meses, lo cual sería confuso e inútil.

¿Delante de quién debe hacerse la Promesa?

Como en el resto de juego Scout, la Promesa Scout es un acto que debe hacerse frente a la pequeña sociedad que actúa como referente para el joven, es decir, sus iguales. De esta manera la intensidad del concepto de compromiso adquiere mucha mayor fuerza y no queda oculto por el aspecto ceremonial. No se le quita la trascendencia que tiene por cuanto se exige un proceso de reflexión y profundización en su significado, ni se omite su importancia respetando la importancia del momento de la ceremonia.

Sería un error pensar que los lobatos o los padres son la referencia social de un joven de 14 años. Su referencia social es en esencia su grupo de iguales a los que se añaden sus responsables en la medida en que actúan como miembros integrados de la unidad, el famoso hermano mayor que decía Baden Powell.

No quita lo dicho que circunstancialmente y si el joven lo desea y siempre que el proceso de reflexión sea exclusivo de su grupo de iguales, la celebración, el acto final del proceso, pueda hacerse frente a otras personas.

¿Cómo debe hacer la Promesa Scout un adulto?

Los adultos que se incorporan al Movimiento deben hacer la Promesa Scout. Esto es por la necesidad de ser ejemplo, precisamente por su esencia de adultos, para los niños y jóvenes, y para ello deben adquirir simbólicamente al menos el mismo compromiso. En realidad este compromiso se entiende adquirido desde el momento en que se incorporan. Se trata pues de manifestar a los niños y jóvenes que participan de sus ideales y compromisos, puesto que con su incorporación debe suponerse que ya han adquirido el compromiso. Por tanto no debe ser un acto que se demore. Las dudas suscitadas por el propio adulto en relación a su Promesa Scout que le aconsejaran una demora serían un indicativo de la posible falta de idoneidad de ese adulto para el proceso educativo scout.

Los adultos pueden hacer la Promesa Scout en cuanto adquieran un mínimo de conocimiento de su significado. El espacio adecuado es cualquier momento en que se pueda dar un mínimo de solemnidad. No debe necesariamente hacerse frente a los niños y jóvenes. Su ceremonial debe limitarse a leer el texto de la Promesa frente al auditorio con que se encuentre, sea el Kraal, sea una unidad, sea el grupo entero. Debe ser simple y escasa de simbolismo (es un adulto). Recibirá como reconocimiento de su integración a la fraternidad mundial scout la insignia de la flor de lis de la OMMS.

La Ruta

La ruta que se incorpore después de pioneros y así lo decida (la ruta tiene su propio compromiso de rama), puede también hacer su Promesa Scout siguiendo los mismos criterios que un adulto.

La duración de los campamentos en la actualidad oscila entre los 10 y los 15 días, según las zonas y los estilos de campamento.

El Programa de Jóvenes recoge la preocupación por la complejidad de conciliar la vida familiar y adulta con campamentos demasiado largos. Todos quisiéramos campamentos de larga duración, no hay duda.

Sin embargo y en términos generales,  eso sólo es posible bajo tres circunstancias excepcionales:

  1. Que los responsables sean muy jóvenes.
  2. Que además sean universitarios o no tengan trabajo.
  3. Que estos universitarios no necesiten trabajar en verano para apoyar económicamente sus estudios.

Estas tres circunstancias confluyen en muy pocos lugares. Y es verdad que aún así se hacen auténticas filigranas para dar duraciones largas a los campamentos. Lo cual es loable y de agradecer.

Como contrapartida los responsables abandonan en muchos casos el Grupo cuando van alcanzando una determinada madurez, una proximidad a la vida adulta plena, en la que se adquieren compromisos familiares, laborales y sociales que hacen cada vez más difícil compatibilizar ese estilo de vida con el compromiso scout.

El Programa y el resultado del congreso Polaris abogan por un escultismo que facilite la vida del adulto en el propio Movimiento. Con ello se persiguen dos objetivos fundamentales:

  1. Que el adulto cuya labor educativa está en gran medida basada en el ejemplo, sea de una mayor madurez, y responda a un modelo de vida en buena medida estabilizado.
  2. Que el tiempo de participación del adulto en el Movimiento se alargue como consecuencia de una mayor facilidad de compatibilización de la vida scout con la vida personal.

Todo ello debe conducirnos a un modelo de mayor estabilidad y sostenibilidad, además de una mayor adecuación a la propuesta educativa. Recordemos que se considera la edad mínima para ser responsable scout los 21 años, es decir un estado de mayor madurez en todos los sentidos, y el principio de la estabilización en muchos ámbitos de la vida para la mayoría de jóvenes. (La encuesta encargada por Scouts-MSC a la empresa metroscopia, situaba esta estabilidad a partir de los 23 años).

Dentro de este planteamiento, una de las cuestiones fundamentales es el tiempo de vacaciones dedicado por un trabajador a su labor como responsable scout. Se considera que una semana, con sus fines de semana anterior y posterior debe ser la medida equilibrada y que proporciona un reparto adecuado a las diferentes relaciones del adulto y su entorno.

Queremos recordar a título de ejemplo algunas situaciones concretas:

  • Profesionales del turismo (en un país dónde ésta es la principal industria)
  • Las actividades de verano que ayudan a nuestros responsables más jóvenes a sostenerse en sus estudios y otras circunstancias.
  • La redistribución de las vacaciones, que tienden a acortarse en verano, dejando espacios para las Navidades, Semana Santa y otras de tipo invernal.

Muchísimos adultos en nuestro Movimiento están en situaciones como las descritas.

 Las excepciones.

Como todo en el Programa de Jóvenes, admite excepciones. Las excepciones, deben ser fruto de la reflexión interna del Grupo, y aplicarse cuándo las circunstancias lo aconsejen.

La excepción más común será la que se produzca por la participación promovida por los propios niños y jóvenes en campamentos ajenos con duraciones determinadas por la propia organización del campamento. En este caso están las participaciones en Jamborees u otros de carácter internacional, las participaciones en actividades no scouts, (por ejemplo una JMJ, una actividad de servicio a la comunidad promovida por una ONG, etc.). También pueden ser excepcionales campamentos de travesía cuya duración pueda exigir unas duraciones concretas. Otras excepciones causadas por la realidad del propio Grupo o de una Unidad en concreto deberán ser valorados por el kraal.

En todo caso no debe hacerse de la excepción la norma, y debe trabajarse desde un planteamiento a futuro, en busca de esa estabilidad del kraal, con relevos más lentos y mayor estabilidad de los responsables. Aunque inicialmente suponga un esfuerzo, a largo plazo será sin duda beneficioso para el propio Grupo y para el Movimiento en general.