En la actualidad somos más de 30 millones de personas las que formamos parte del movimiento scout.

Desde su nacimiento en 1907, a manos de Baden Powell en Inglaterra, nos hemos agrupado más de 500 millones de personas y más de 160 países en todo el mundo.

Cada día somos miles los scouts que transmitimos nuestro legado a otros miles.

Y así constantemente, generación tras generación, nos convertimos en un movimiento de personas que trabajamos en pro de la sociedad formándonos como ciudadanos del mundo, más justos, activos y solidarios.

Estamos en más de 160 países.

Y es una cifra escandalosa cuando el origen del movimiento data de 1907 en Inglaterra con un hombre, Robert Baden-Powell.

Este disciplinado inglés, preocupado por los jóvenes y su visión del mundo, decidió educarlos a través de la acción, las habilidades campestres y el esfuerzo y las ansias de aprendizaje.

Desde entonces se ha extendido por todo el planeta y ha transmitido un mensaje de optimismo y de entusiasmo por dejar el mundo mejor del que se ha encontrado.

Más adelante y con el éxito de su pedagogía editó libros como ‘Escultismo para muchachos’, ‘Roverismo hacia el éxito’, ‘Mis aventuras como espía’, ‘La promesa y la ley’ o ‘Guía para el jefe de tropa’.

Sus enseñanzas se han transmitido de generación en generación y se han adaptado a los nuevos tiempos en cada ocasión.

Y así, con nuestro propio ‘estilo’ vamos por el mundo, nos reunimos, vivimos y trabajamos por la construcción de un mundo mejor.

Desde los 6 a los 21 años crecemos y aprendemos paso a paso por varias ramas de edad.

La primera son los castores, los más pequeños, que suelen estar representados con el color naranja.

Luego los lobatos que van de amarillo, ya más creciditos y muy juguetones que empiezan a comprender qué es el mundo y lo que ocurre.

Después los ‘rangers’, rama azul y primera unidad creada por Baden-Powell y en la que empezamos a vivir la aventura del juego scout.

A continuación, ‘pioneros’. De rojo, época en que se adquiere un mayor compromiso y se demuestra más capacidad para llevar adelante proyectos personales y colectivos.

Al final de la trayectoria scout, los rutas. Los años de la formación más completa. De esta época salen proyectos y compromisos, además de unos voluntarios, ciudadanos y cristianos ejemplares.

 

Somos muchas cosas.

Hacemos mucho.

¿Pero qué somos? Es sencillo.

Un grupo de gente unida. Personas que bajo una misma consigna compartimos, vivimos y sonreímos a la vida y, por encima de todo, luchamos por hacer del mundo uno mejor con nuestro propio ejemplo.

Vía Storify / Redacción