La madrugada del 30 de Julio comenzó todo.
Nos embarcamos en el avión rumbo a Italia y en pocas horas llegamos a Roma, donde nos esperaban Alessia y Lucia, nuestras intérpretes y compañeras de viaje.
Una vez llegados a la capital de Italia, nos llevaron a la base de Setteville donde conocimos a un grupo de italianos con los cuales hicimos mucha amistad.
Al día siguiente fuimos a visitar la ciudad de Roma y por la tarde volvimos a la base, ya que esa noche teníamos una cena con scouts de Libia, Francia, Burkina Faso, Suecia, Italia…
Terminada la velada, nos fuimos a dormir, porque al día siguiente teníamos el primer madrugón (de muchos) para empezar realmente la Route Nazionale.
El día 1 de Agosto comenzamos el campamento móvil en Terni, en la región de Umbria, donde nos presentaron al resto de nuestros compañeros y amigos de la ruta móvil.
El primer día fuimos a visitar la cascada de Marmore y sus impresionantes 165 metros de caída.
Y por la tarde anduvimos hasta un sitio maravilloso rodeado por un lago donde pasaríamos la noche.
Al día siguiente, a las 6 arriba, puesto que esa etapa era toda cuesta arriba; y recorriendo los valles de La Valnerina, llegamos a un pueblo en el que nos enseñaron los bailes y canciones tradicionales de la región.
El tercer día un nuevo madrugón para recorrer el camino, pero esta vez todo cuesta abajo.
Al llegar, nos recibieron unos inmigrantes nigerianos con refrescantes tés y nos contaron las historias de sus viajes.
Al día siguiente, el “Capo” de ruta nos dejó dormir un poco más, y no nos despertó hasta las 7.30.
Pasamos la mañana en el mismo pueblo y recorrimos sus calles en busca de alimentos típicos de la zona con los que poder cocinar.
Emprendimos la marcha por la tarde, pasando por varios pueblos medievales y llegamos a Castel San Felice.
El quinto día amanecía y con él nosotros, puesto que teníamos que coger un autobús a las 6 de la mañana que nos llevaría hasta Spoleto, donde pasamos el día haciendo una Gymkana por el pueblo.
Ya se estaba poniendo fin al campamento volante y para terminarlo fuimos a Asisi (Asís), donde vimos la ciudad, la iglesia donde está enterrado San Francisco y nos reunimos con las demás rutas que estaban recorriendo también la región de Umbría.
Por la noche llegamos al campamento base, San Rosore, en Pisa, donde nos explicaron las normas del campamento y montamos la tienda.
A la mañana siguiente amanecimos junto a los otros 7000 rutas de nuestro “pequeño sub-campo” donde nos esperaban un reencuentro con los otros grupos internacionales con los que deberíamos ir a la ceremonia de apertura organizada para la tarde para todos los sub-campos.
Es en esa ceremonia cuando realmente nos dimos cuenta de la cantidad de personas que podían estar reunidas en un mismo campamento.
Una vez finalizada la ceremonia nos fuimos a nuestro sub-campo, donde después de cenar pudimos jugar con el resto de los compañeros que nos acompañaron a lo largo de la Ruta.
Ya tan solo nos quedaban tres días de campamento, los cuales transcurrieron con mucho entusiasmo.
En estos días nos dedicamos a seguir conociendo gente y aprendiendo en los diferentes talleres que había.
Llegaba la hora de hacer una valoración a todas las cosas que se habían realizado a lo largo del campamento, tanto el campamento fijo, como el volante.
Una vez realizado esto nos pusimos en camino hacia la ceremonia final, donde otra vez compartimos experiencias únicas con el resto de nuestros compañeros.
Un montón de conciertos, de personas que nos contaban sus historias de coraje, e incluso recibimos una llamada del Papa Francisco!!
Ya se terminaba la Route Nazionale.
Con mucha pena tuvimos que decir adiós a nuestros nuevos amigos y despedirnos de lo que hasta entonces había sido nuestra casa.
De nuevo fuimos a la misa final, con un montón de autoridades, Incluido el Primer Ministro Italiano, y donde definitivamente se ponía punto y final a estos diez días que jamás olvidaremos.
Porque es impresionante como un sentimiento puede llegar a unir a más de treinta mil personas de distintas nacionalidades en un solo lugar.
