Quien iba a pensar que esa señorita llamada Vera Charlesworth Barclay se convertiría en la primera Akela de la historia del escultismo en la rama lobatos.

Eran épocas difíciles para el recién formado Escultismo.

La 1ra Guerra Mundial había hecho llevar al frente de batalla a la mayoría de jefes y scouts con edad suficiente para servir a su patria.

Y a falta de jefes varones se dispuso la aceptación de mujeres en la formación de los muchachos scouts, entre ellas Vera Barclay.

Nacida en en 1893 en una familia de ocho hijos, su padre era el pastor Charles W. Barclay y su madre la famosa escritora Florence Louisa Charlesworth (1862-1920).

Vera se unió al Escultismo en 1912, convirtiéndose en la primera Jefa Scout y más adelante, en 1915, se convirtió en la primera Akela, puesto que mantuvo durante quince años.

Fue, junto con Agnes, hermana de Baden-Powell, y su esposa, la mujer más importante del naciente movimiento scout.

Y quizás, más pues ella, como scout, abrió el camino para que las mujeres tomaran cargos de responsabilidad en el Escultismo en una época difícil.

Vera colaboró con Baden Powell en la reedición de su «Libro para Lobatos» y también fue ella quien concedió al Padre Sevin, fundador de los Scouts de Francia, el título de «Akela leader».

En septiembre de 1920 se despide del Equipo Nacional inglés en un artículo de la revista nacional anunciando su próximo ingreso en las religiosas de la Caridad.

En la misma edición, BP le hace un caluroso agradecimiento por su labor y anuncia la concesión del Lobo de Plata, la más alta distinción scout, por los servicios prestados al movimiento.

Sin embargo, parece que no fue más que un descanso ya que tres años después Vera regresa al Equipo Nacional inglés para publicar nuevos manuales de formación.

Escribe mucho, sobre todo libros para niños bajo el seudónimo de Margaret Beech, pero también ensayos religiosos en francés y en inglés.

En 1931 deja definitivamente sus funciones para instalarse en Francia, aunque cincuenta años más tarde regresa a Inglaterra para instalarse cerca de Londres.

En aquel entonces, ya tenía 90 años. Murió en septiembre de 1989 a la edad de 95 años. En su funeral estuvo una representación del Escultismo Británico.

«Si cada Jefe de Tropa es capaz de encontrar a una mujer para que se haga cargo de una Manada, se encontrará con que en el futuro el Escultismo será mucho más sencillo». Vera Barlcay, 1916.

Vía Historia de los Scouts