Mami, papi no nos han comido aún los osos polares!!!!
Los cuatro… digo los cinco (¡que seguimos todos!) estamos bien, ya estamos en Althingi, el lugar donde nos hemos reunido después de nuestras maravillosisímas rutas las 3000 personas que acampamos en territorio islandés. Os contamos un poquito qué hemos hecho:
Después de horas y horas y horas y horas y horas y horas (y créeme que no exagero) de vuelos y esperas en aeropuertos llegamos a las 3 de la mañana a la islita y dormimos en un polideportivo junto con otros scouts de diversos países.
Al día siguiente un autobús nos llevó a un campo cerca de la universidad, donde tuvo lugar la Ceremonia de Inauguración y donde comprobamos que españoles éramos unos cuantos cuando casi rompemos el suelo saltando y gritando juntos.
De ahí… ¡a otro autobús! ya con nuestros compañeros de ruta: franceses, noruegos, checos, luxemburgueses, inglesas y portugueses y dos lideres de ruta islandeses.
Nos llevaron a Thingvellir (la zona donde se celebró la primera Asamblea Popular del mundo). Tras conocernos con jueguecillos varios, cenamos y nos fuimos con las manos en los bolsillos a dar un “paseito”… PASEITO?? que va, que va… la cosa se alargó hasta las DOS DE LA NOCHE!!! y todo esto bajo la luz de… la luna?? NOOO, de sol! que aquí no hay noche!!!
El segundo día hicimos una visita guiada por todo el Parlamento, como aquí lo llaman. El guía nos explicó cosillas de la historia y geología de Islandia mientras disfrutábamos de un paisaje de cuento: cascadas… lagos… montañas volcánicas… y muchos muchos mosquitos ¡pero que no pican!.
Tras un bañito voluntario (o involuntario en algunos casos) en un lago de aguas no precisamente calentitas, volvimos al campa, tomando para esto, una ruta fuera de lo habitual… Guadalupe y su instinto de orientación nos llevaron por riscos, cortados, piedras, hoyos, montañas, más cortados… el último superviviente a nuestro lado pasea por el Espolón, ¡pero llegamos enteros!
El tercer día fue espectacular… comprobamos los maravillosos paisajes islandeses en una ruta de ni más ni menos que ¡14 horas!
14 horas en las que, además de conocer más a fondo a muchos de nuestros compañeros de ruta, pudimos continuar una tradición que nunca se perderá en una marcha de verano en la que participemos… exactamente: ¡nos perdimos! bueno, en realidad decidimos atajar para llegar a una inmensa cascada… pero lo de “se hace camino al andar” se vio truncado al encontrarnos con unas señoras brechas en el camino… así que retrocedimos y conseguimos por fin bajar hasta el río, y subir hasta la cascada, donde descansamos, nos hicimos fotos y bebimos agua.
Pero la cosa no acababa aquí, tocaba bajar y llegar a la zona donde teníamos que acampar, que no era la primera. Para seguir nuestras costumbres en estas tierras, llegamos a la 1 de la mañana, ni con fuerzas ni con casi comida para cenar.
El día siguiente fue el de “sacking”… todo el día descansando, bueno, dimos un paseito por la playa de un fiordo de 40 Km. (no hicimos los 40 eeh…).
De ese día poco más que destacar… bueno, sí, el fresquito islandés… que nos hizo vestirnos con nuestros trajes regionales burgaleses… es decir, mil capas de ropa, gorro y guantes.
El quinto día el bus vino a buscarnos, cargamos todo y nos fuimos a la capital, Reykjavick, donde disfrutamos de un baño perfecto, este sí, ¿calentito calentito! aguas termales de hasta 44°C, una sauna y, por supuesto, una ducha muy pero que muy necesitada… una pasada (todo, no sólo la ducha).
Y llegamos aquí… pero eso es otra historia, y será contada en otro momento…
¡hasta entonces!
Un saludo y largas lunas
El Clan Arbayún XXII (¡el nombre está en proceso!)