Descubriréis cosas que jamás habíais notado durante el día.
Todos vuestros sentidos se “agudizan”, siendo el olfato y el oído los que tendrán un gran papel en esta aventura.
1. Disfrutaréis de un cielo increíble
Como cada noche ocurre en el bosque, podrás recorrer un sendero disfrutando de un espectáculo natural: el cielo que se asoma de entre los árboles.
Y si tenéis suerte, quizá hasta veçais una estrella fugaz.
2. Disfrutaréis el bosque de otra manera
Debido a la falta de luz, la visión que tendremos será muy limitada.
Para compensar esto, casi de manera automática, nuestro cuerpo empezará a utilizar en gran parte el olfato y el oído.
¡Casi todos tus sentidos se agudizan!
Veréis más en la oscuridad y escucharéis todos los sonidos que produce el bosque de noche.
3. ¡Adiós frío!
Siempre que os encontréis en movimiento. vuestro cuerpo generará calor.
Claro que también tendréis que ir bien equipados…
4. Admirar la fauna
Muchos de los animales que habitan en el bosque suelen cazar durante la noche, por lo cual es posible que durante el trayecto podáis cruzaros con alguno.
En los bosques podemos encontrar diversidad de especies como zorros, venados, aves, roedores, ciervos, jabalíes, ranas…
Podréis recorrer trayectos más largos
Debido a que no tendréis un sofocante sol apuntado en la espalda durante horas, podréis caminar más “frescos” por tiempos prologados, teniendo, así, la posibilidad de recorrer mayores distancias.
Vía Revista Azimut