Ponte a ti mismo al último.
Quita pequeños estorbos fuera del camino.
Cuando algo bueno le suceda a otro, alégrate por él.
Cuando otros sufran, deja caer una palabra de simpatía.
Di tus errores en vez de decir los errores de otros.
Ten un lugar para todo, y todo en su lugar.
Esconde tus propios problemas, pero esté atento de ayudar a los problemas de los otros.
Toma el mango de la puerta y ciérrala tras de ti sin azotarla.
Nunca interrumpas alguna conversación, espera pacientemente tu turno para hablar.
Busca la belleza en cada cosa y toma un punto de vista optimista en todo evento.
Extraído del libro «Qué pueden hacer los scouts», BP.