Este año alrededor de 35.000 niños y niñas asisten a los campamentos de verano dentro de Scouts MSC, y programar un campamento divertido y a la vez educativo no es sencillo. El método scout se basa en educar a través del juego y formar a personas responsables y solidarias y en un campamento hay 24 horas al día para ponerlo en práctica.
Vivir un campamento de verano puede convertirse en toda una lección de vida. Esto es lo que buscamos cada año los educadores de los grupos scouts que preparamos, desde mucho tiempo antes, las actividades en las que ahora toman parte activa los chicos y chicas de nuestros grupos scouts.
¿Cuantas oportunidades tiene un lobato de ocho años de recoger su cuarto u ordenar su ropa en casa? A veces pocas.
En el campamento se enfrenta a retos tan sencillos como recoger su saco de dormir todas las mañana, intentar tener ordenada su mochila o saber dónde ha dejado su forro polar o en qué bolsillo guardó anoche la linterna, educándole así en la responsabilidad y en la autonomía.
Los campamentos de verano se enmarcan en un entorno natural que nos proporciona las herramientas básicas para educar en la necesidad de proteger el medioambiente.
Como ves los campamentos de verano son mucho más que unos cuantas actividades divertidas.
Son el punto final de todo el curso, donde podemos trabajar todo lo aprendido y lo vivido, y donde los chicos y chicas pueden disfrutar conviviendo con sus compañeros y compañeros de grupo con los que han estado desarrollando actividades durante toda la ronda.
Todo esto se realiza junto con los educadores scouts que les llevan acompañando toda la ronda en su proceso de crecimiento personal y permite enfocar la educación de una manera personalizada.
La convivencia dentro de su grupo de «iguales» es una de las mejores maneras de educar ya que en ella, los chicos y chicas, desarrollan habilidades basadas en la negociación y el diálogo, técnicas que ayudan establecer relaciones sanas con los otros. En un campamento compartes todo y nada es de nadie lo que impulsa la solidaridad y el respeto al otro.
El objetivo de esto, igual que cualquier otra actividad scout, es educar en valores de paz, de ahí que los juegos vayan siempre orientados a resolver conflictos o a saber relacionarse con los demás sin imponer reglas, evitando valores competitivos.
Un campamento educativo ayuda a formar personas que sepan vivir en sociedad y que promuevan un mundo mejor. Pero sobre todo son una experiencia vital para los chicos y chicas que en esos días comparten sentimientos y emociones.
Disfrútalo, el campamento de verano de tu grupo scout es mucho más que cuatro juegos.
«Vivir un campamento de verano puede convertirse en toda una lección de vida»