Los mensajes que recibimos día a día nos empujan a comprar y consumir para ser felices y, de este modo, poder esconder los problemas debajo de bienes materiales y papeles de regalo.

Pero afortunadamente podemos replantearnos este modelo. ¿Es eso cierto?

Ni la felicidad ni el afecto pueden comprarse; ni nuestro planeta puede permitirse más despilfarro.

Vivimos en un planeta finito, en un contexto de crisis ecológica y climática global.

Vivimos en un modelo de consumismo excesivo e injusto que sólo va en detrimento de la Naturaleza y también de la igualdad social.

¿Podemos crear alternativas? Sin duda.

La concienciación por este tema cada día es mayor y cada vez hay más personas, colectivos y entidades que apuestan por otro modelo de consumo, para dejar atrás la cantidad y poner en primer lugar la calidad.

Pero queda mucho trabajo por hacer, muchos hábitos que cambiar y muchos proyectos a realizar.

Y vosotros/as, ¿qué hacéis para celebrar unas fiestas sostenibles y responsables? ¿Habéis elaborado vuestros propios regalos con materiales reciclados? ¿Habéis decidido regalar juegos y sonrisas en algún centro con niños en riesgo de exclusión social? ¿En vuestro grupo habéis hecho la cesta de Navidad con productos de comercio justo?