Debemos asumir la responsabilidad que tenemos sobre los lugares en los que realizamos nuestros campamentos más allá de los aspectos normativos por los que normalmente nos preocupamos.
La normativa es importante, pero también lo es que no desaparezcan los renacuajos del río, que no se arranquen los matorrales del camino a la letrina… en definitiva, que se altere lo menos posible el ecosistema que nos rodea.
Es importante que practiquemos e inculquemos actitudes de respeto hacia el medio para su preservación.
Hace poco, en un campamento, al levantar la barca de la cocina, descubrieron que una colonia de hormigas había decidido que era un buen sitio para criar.
Al quedar al descubierto, y para fascinación de todos, las hormigas se apresuraron a llevarse sus huevos a otro sitio.
Aquello fue toda una atracción del campamento con una única norma: no tocar.
Seguramente en vuestros campamentos se habrán reproducido anécdotas como esta que os acabamos de explicar.
En unos días publicaremos una noticia que os puede ayudar a convivir en armonía con el entorno de vuestro campamento.
Encontraréis consejos y recursos para poner en práctica en vuestro terreno de acampada, ¡así que estad atentos!
Vía Revista Goitibera y foto del Grupo Scout Sayela