Allí, todo el mundo pasó una amena tarde en buena compañía con la gente del grupo, familiares, antiguos y personas del barrio que quisieron deleitarse con unas buenas sardinas.
Aprovechando la ocasión, los pioneros de Nyeri vendieron camisetas diseñadas por ellos mismos y los más pequeños, los lobecos, vendieron pulseras artesanas hechas con chapas para recaudar dinero con el que ir al Acuapark de Cerceda.
Tras la fiesta, Nyeri quiso agradecer la asistencia de todo el mundo que se acercó a la sardiñada.
Se concluyó reconociendo la importancia de estas actividades para dejarse ver en el barrio y porque siempre es una buena ocasión para juntar a scouts de hoy y de ayer, nuevas y antiguas generaciones que siguen manteniendo vivo el Grupo Scout Nyeri.
Vía Grupo Scout Nyeri