Millones de niños y niñas contemplan cómo se desvanece su infancia entre jornadas laborales de interminables horas, esfuerzos físicos nada apropiados, tratos vejatorios y responsabilidades ajenas a las de su edad.

Sí, la esclavitud infantil existe, y cualquier esfuerzo es escaso cuando se trata de erradicarla.

Realizan trabajos peligrosos que no quieren hacer los adultos, no se quejan, no conocen sus derechos.

Fabrican gran cantidad de los productos que nosotros consumimos sin recibir un salario o recibiendo un salario ridículo que muchas veces no gestionan ellos.

En España también hay niños en condiciones de esclavitud.

Sobre todo niñas que son obligadas a prostituirse en calles y prostíbulos.

Son, en su mayoría, niñas de Europa del Este y subsaharianas.