Cuando estamos de campas, haciendo una travesía o de excursión de fin de semana, el descanso es de lo más importante.

Es lo que nos permite recuperar fuerzas para el día siguiente.

Por tanto, no deberíamos subestimar las condiciones en las que dormimos…

Efectivamente, un buen saco de dormir nos garantizará unas estupendas horas de sueño…

Existen varias características que debes tener en cuenta antes de elegir el saco más adecuado a nuestras necesidades.

1. El clima

¿Nos vamos de acampada al Tibet o a las Seychelles?

Tenemos que mirar la temperatura de confort y la extrema, es decir, hasta qué temperatura nos puede mantener «cálidos».

2. El relleno

Acostumbra a ser o de fibras sintéticas o de pluma.

3. Compacto y ligero

Acordaos de aquel campamento volante que siempre ibais los últimos porque la mochila pesaba y abultaba el doble que vosotros.

El peso es un factor importante.

Por eso es importante que el saco sea ligero y compacto para ahorrar espacio en la mochila.

Años atrás no, pero afortunadamente ahora podemos adquirir unos sacos prácticamente del tamaño de una hormiga.

4. La bolsa transportadora con cintas de compresión

Cuando no usamos el saco, este siempre tiene que ir guardado dentro de su bolsa.

Lo de las cintas es para compactarlo y reducir su tamaño.

5. A prueba de agua

No es que tengamos que hacer submarinismo con él…

Pero ya que estamos, no está de más tener un saco resistente al agua para no enterarnos de las típicas goteras de la tienda o para hacer un buen vivac.

Y si no puede ser el saco, al menos que la bolsa transportadora sí sea impermeable.

6. La forma

Mejor de momia y no rectangular.

Los rectangulares no mantienen tanto el calor porque se escapa por los lados.

En cambio, los sacos momia no dejan pasar ni gota de frío.

Foto vía GS Sayela