El Centro Scout Internacional de Kandersteg es un rincón en los Alpes más que recomendable para cualquier scout.

El largo tren que recorre los apenas 50 kilómetros que separan Brig de Kandersteg va escondiéndose entre túneles alpinos, como si no quisiera que nadie recuerde el camino, como si fuera un fiel guardián de uno de los últimos paraísos terrenales.

Y es que Kandersteg no deja de ser un tesoro. Bien lo sabía Baden Powell cuando, allá por 1923, decidió que aquel valle sería idóneo para albergar un centro scout internacional. Y esto no ha cambiado con el paso del tiempo. Cada temporada son muchos los scouts procedentes de todo el mundo que llegan a Kandersteg con un objetivo: ayudar en lo que sea necesario.

Raquel, Kike y Sergio son los tres españoles, miembros de Scouts MSC, que se encuentran trabajando en el Centro Scout Internacional, Raquel y Kike de Long Term Staff (trabajadores por un periodo de unos seis meses) y Sergio como Helper, ayudando en las tareas que sean necesarias.

Estos trabajos no les quitan demasiado tiempo para exprimir la montaña, ya sea haciendo vías ferratas, marchas y escaladas. Son muchísimas las posibilidades que ofrece Kandersteg y pocos picos quedan que no hayan sido coronados aún por estos tres scouts de Castilla y León.

No obstante, en ocasiones, con cara de circunstancias, se descuelgan con un «esta noche im on duty (una especie de guardia)», «tendremos que hacer una deepcleaning» y demás frases fruto de la mezcla de lenguas que es el Kisc.

Despedirse de ellos después de varios días disfrutando de los Alpes se hace difícil. Toca otra vez volver a Brig a coger el transalpino camino de Milán. Toca otra vez recorrer los túneles, como si Suiza, Baden Powell o la magia de las cosas quisieran de nuevo guardar el secreto. Y de momento la fórmula funciona.