La pregunta fue formulada por Monseñor Pedro Casaldáliga.

Y de la respuesta que demos a la misma se derivan formas de actuar que no solo son diferentes sino diametralmente opuestas.

La mayoría de las respuestas que se han dado a la crisis han sido parches para salvar el sistema y a sus dioses: las Bolsas, los Bancos, las grandes empresas…

Otra forma de abordar la crisis es tomar como punto de partida que la economía debe estar al servicio del hombre (como ha dicho el Papa Francisco) y no al revés, como ocurre en la actualidad.

Eso supone no conformarnos con parchear la crisis para volver a las mismas circunstancias que la desencadenaron.

Apostar por dar prioridad a la salvación de la humanidad, antes que al sistema, nos lleva a preguntarnos ¿qué hacemos ante la crisis? ¿Cómo nos afecta?

Si lo hacemos así descubrimos que, a nivel micro, debemos cuestionar nuestra manera de comportarnos.

Tiene que ver con tener en cuenta cómo se producen los bienes materiales que consumimos; con conocer el impacto ecológico, laboral, y social que dejan con su actividad.

No mirar para otro lado cuando sabemos que han sido hechos por empresas que explotan a sus trabajadores, emplean mano de obra infantil o contaminan.

Hay gente que se está implicando y adoptando medidas concretas relacionadas con el comercio justo.

Con una alimentación basada en una agricultura sostenible y unos productos más sanos.

Con abastecerse con productos locales y de temporada.

Hay gente que se pregunta sobre el dinero que tienen en los bancos: “¿A dónde van? ¿En quiénes repercuten? ¿A quién beneficia?”.

Y descubren que hay una Banca Ética, caracterizada por promover inversiones socialmente y ecológicamente responsables.

A nivel macro la solución pasa por apostar por la cohesión social y repensar el sentido de la democracia.

Pasa por reforzar la sociedad civil y crear en torno a ella nuevos contrapoderes.

Pasa por redefinir un futuro basado en la equidad y la justicia social y medioambiental.

Alejandro Córdoba

Los artículos de la sección ‘Tú opinas’ reflejan exclusivamente las opiniones de sus autores y no tienen porque coincidir con posicionamientos del Movimiento Scout Católico.