Rock Clan Roll, Clan de Rutas del Grupo Scout San Bonifacio de Scouts de Madrid – MSC nos cuenta su experiencia en la realización de un proyecto de cooperación internacional en Ecuador.

El Clan colaboró con una escuela para atender a los niños y niñas a hacer sus tareas y participó en un proyecto sobre la prevención de VIH/SIDA, entre muchas otras cosas.

Todo comenzó a finales de 2009 cuando, tras la oferta desde la Delegación de Scouts de Madrid de distintos proyectos de cooperación, nos decidimos por los gestionados por la Asociación Manabí, que trabaja en colaboración con la Fundación Santa Marta en distintas regiones de Ecuador.

Enseguida nos pusimos en contacto con el Presidente de dicha Asociación para conocer con más profundidad los proyectos que ejecutaban.

Nos informó del programa de voluntariado que desde la Asociación se ofrecía y las distintas posibilidades. Tras pensar y debatir sobre ello, nos decidimos por participar en dos de los proyectos: uno con niños y niñas en la ciudad de Manta (en la costa oeste de Ecuador) haciendo apoyo al estudio y actividades de ocio y, otro, realizando talleres sobre sexualidad afectivo-responsable y prevención de VIH/SIDA en distintos escuelas de la ciudad de Portoviejo.

A partir de este momento, comenzamos a redactar el proyecto y trabajar sobre cuales iban a ser nuestros objetivos, nuestras motivaciones y nuestra labor allí.

Por otro lado, comenzamos a pensar en las formas de financiación y en seguida salieron un montón de ideas: en el mes de marzo realizamos un torneo solidario de baloncesto y fútbol en el que asistieron unos veinticinco equipos entre los cuales varios grupos scout como el San Pablo, San Pedro y el Chamberi; vendimos camisetas con la serigrafía de la flor de lis; animamos algunos cumpleaños y una comunión; y realizamos una cena solidaria junto con el Clan del Grupo Scout San Pedro y Pilar, a la que asistieron unas 180 personas y en la que hubo actuaciones musicales y de magia.

Tras esta dura tarea para organizarlo todo, llegó el momento de marchar. Salimos de Madrid el 8 de agosto.

Durante los dos primeros días estuvimos conociendo concretamente qué tareas íbamos a realizar y como nos íbamos a distribuir las tareas.

De las siete personas que fuimos, tres nos desplazamos desde Portoviejo (donde esta la sede de la organización de mujeres Santa Marta) hasta Manta (ciudad en la que se encontraba el colegio en el que nos íbamos a instalar) y, las otras cuatro, se quedaron allí en Portoviejo.

En el proyecto de Manta denominado “Casa Familia Solidaria” desarrollamos distintas tareas: en la hora del desayuno y la comida colaboramos en repartir la comida por las mesas de los niños y niñas; en horas de clase, nos coordinamos con el profesorado para apoyar a algunos menores con necesidades educativas de forma individualizada en la biblioteca del colegio (realizamos dictados, lectura comprensiva, operaciones matemáticas, etc.); al final del horario escolar, nos encargamos cada uno de un curso para que realizaran las tareas y cuando acababan, bajábamos al patio del colegio a realizar distintos juegos, dinámicas, teatro, etc.

Además de la intervención directa con los chavales decoramos durante varios días el patio con un mural.

En el proyecto de Portoviejo sobre la prevención de VIH/SIDA, las cuatro personas se dividieron en parejas y prepararon durante los días previos material y distintas técnicas para dinamizar los talleres.

Durante la semana realizaron talleres en distintos colegios en Portoviejo y, durante la segunda, los hicieron en un pueblo de costa llamado Crucita.

Además, participaron en una jornada sobre juventud a la que asistieron distintas asociaciones de la región de Manabí.

Uno de los fines de semana de estancia en Crucita realizamos varias actividades de ocio con una asociación de jóvenes nacida recientemente llamada “Corazones Unidos”.

Hicimos una filmación en la que nos contaron como nació el grupo, qué objetivos tenían, qué actividades hacían, etc.

Los últimos cinco días, ya por nuestra cuenta, viajamos a un pueblo de montaña llamado Baños desde el que hicimos un tour a la Amazonía ecuatoriana y una ruta en bici en la que visitamos distintas zonas montañosas con impresionantes cascadas de agua.

Después de Baños, viajamos a la ciudad de Quito en la que visitamos distintas plazas, iglesias y monumentos, y realizamos algunas compras de regalos.

El día 28 nos dirigimos de nuevo a Guayaquil, ciudad desde donde emprendimos nuestra vuelta a casa.

Nuestra valoración a nivel global de la experiencia ha sido muy positiva por varios motivos: por un lado, por haber sido capaces de llevar a cabo un proyecto de estas características y ser el primer Clan en la historia del grupo en hacerlo y, por otro, por todo lo que ha supuesto la experiencia en si misma: la convivencia con la gente con la que hemos compartido nuestro tiempo (personas de la organización, otros voluntarios y voluntarias, chavales y chavalas, etc), la realización de las actividades y talleres, el intercambio cultural, etc.