El pasado domingo 25 de febrero, durante la primera edición de la carrera de Son Espases, la unidad de AEG Eladi Homs de Palma de Mallorca presenció una acto de esfuerzo y superación que nunca olvidarán.
Así nos lo cuenta Alicia, pionera y voluntaria en la carrera organizada por el Hospital de Palma, junto a sus compañeros de unidad y rutas de su grupo scout.
Fue durante la primera vuelta de 4 kms cuando se fijó, desde uno de los puestos intermedios de reparto de agua y fruta, en un hombre que llevaba escrito en su camiseta “Yo corro por mi donante”.
Pero lo que no se esperaba es que, tras la segunda vuelta (de 8 km), cuando creían que todos los corredores habían terminado y la organización ya estaba recogiendo, pasó el mismo hombre caminando. Aún decidido a terminar la carrera, los pioneros, rutas y demás voluntarios decidieron acompañarlo hasta la meta.
“Al principio, no sabíamos si él quería que lo acompañaramos, pero lo vimos pasar y dijimos: “venga, vamos con él”.
Lo que no sabían es que en la meta le estaban esperando una gran acogida. La mujer del corredor, había avisado que su marido aún no había terminado el recorrido de 8 km y pidió que esperaran. Toda la organización volvió a preparar todo: la cinta de de ganador, las vallas, los premios…
“No teníamos ni idea. El hombre decía que no iba a haber nadie, que solo iba a estar su mujer”. – nos cuenta Alicia. “Por el camino, iba muy concentrado en acabar la carrera”.
Pero en la recta final, animándose a llegar corriendo, les esperaba un gran recibimiento: su mujer, los voluntarios y otros participantes les recibían con ánimos y muy emocionados. “Su mujer nos lo agradeció mucho. Él estaba muy contento de poder terminar la carrera”.
Esta historia se hizo viral, apareciendo en RRSS y medios de comunicación. Por otro lado, los scouts del GS Eladi Homs también se quedan con este momento único, quedándose con la fuerza que demostró el hombre y el apoyo que todos pudieron darle para que terminase la carrera de la forma que se merecía.
Sin embargo, esperan que no se quede como algo anecdótico.
“Nos gustaría que cosas así fueran más normales, que el acto de ayudar a los demás no sea tan inusual”.
Tras esta experiencia, nos animan a ”ayudar siempre que se pueda, pues al final casi nos ayudamos más a nosotros que a él mismo”, pudiendo aprender de lecciones como esta sobrecogedora historia.
Fotografías cedidas por GS Eladi Homs.