Sabemos que tenéis un gran proyecto entre manos… ¿quién, exactamente, estáis trabajando en él?
Wen: Trabajamos en el proyecto de forma directa todo el Clan Ruta Mai Sto’, que actualmente lo formamos 10 personas: Gabri, Laura, Miguel, Pablo, Esther, César, Daniela, Jaime, Mari y yo.
De nosotros finalmente y con mucho pesar sólo vamos a viajar 4 rutas y los 2 responsables hasta Bolivia.
Mari: Pero realmente al ser un proyecto tan grande muchas personas nos han ayudado en muchas de las fases o empresas que hemos ido desarrollando, sobre todo en las empresas económicas.
Debemos destacar en nuestro grupo a la Unidad Pionera Rivendel, que nos ha ayudado gestionando un mercadillo solidario y los servicios de animación en comuniones.
Y también a la Agrupación Musical Alborada, que altruistamente celebró un concierto a favor de Oikía.
El proyecto del que hablamos consiste en conocer la realidad de Plan 3000, un barrio conflictivo de la ciudad boliviana de Santa Cruz de la Sierra. ¿En qué consiste?
M: El objetivo general podríamos decir que es tener una intensa experiencia personal y comunitaria, que nos permita tocar una realidad completamente diferente a la nuestra junto a uno de los colectivos más desfavorecidos del mundo, como son los conocidos como niños de la calle.
Lo haremos en Oikía, el centro de acogida para niños de la Calle en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.
También conoceremos personas con opciones radicales de servicio a los demás, que esperamos remuevan y ayuden a nuestros rutas en su proyecto personal de vida.
W: Un mes da para mucho (aunque seguro que nos sabrá a poco)
Así que entre otras cosas vamos a ayudar a pintar y arreglar los centros de acogida, conviviremos con los voluntarios de Oikía, conoceremos la Parroquia del Cristo Misionero, tendremos momentos para compartir con los niños, prepararemos actividades…
¡A lo mejor hacemos una pequeña ruta por el parque Amboró!
¿Cómo os llegó la propuesta?
W: La propuesta llegó de nosotros mismos, ya que Mari fue voluntaria en Oikía durante un año y medio y yo tuve la suerte de serlo durante seis meses.
En el grupo tenemos claro que dentro de esta “escuela de la vida” que es el escultismo, especialmente los rutas necesitan experiencias de servicio en comunidad.
Y que en la medida de lo posible les permitan conocer realidades diferentes a la suya.
El verano pasado este clan decidió que en el verano de 2013 querían una vivencia de ese tipo fuera de España, así que el campo estaba sembrado.
¿Os costó mucho apostar por este proyecto? ¿Hubo discrepancias en el grupo, dificultades…?
M: en realidad no.
Desde el campamento anterior tanto los rutas como nosotros estuvimos buscando proyectos y lugares a los que viajar.
Estudiando sobre todo la opción de África, aunque finalmente la tranquilidad de conocer profundamente la realidad a la que viajamos y el idioma nos hizo decantarnos por Bolivia.
Tanto Wen como yo sentimos Oikía como algo nuestro, y seguimos muy vinculados tanto al proyecto como a las personas que trabajan en él.
W: las dificultades no fueron tomar la decisión, sino que han ido apareciendo a lo largo del camino mientras trabajábamos por el objetivo.
En un proyecto tan ambicioso es necesario que todos rememos en la misma dirección y con la misma intensidad.
Y cuando alguno ha bajado el ritmo el barco por momentos se ha tambaleado.
Por suerte hemos conseguido rectificar el rumbo y llegar a buen puerto.
¿Es la primera vez que hacéis algo de estas características?
W: si te refieres a la magnitud del proyecto, en efecto es la primera vez.
A nivel de grupo si que se han llevado a cabo proyectos incluso más grandes.
Por ejemplo, cuando yo era ruta se llevó a cabo un proyecto trienal que culminó en 2007 con un campamento de verano con todo el grupo scout en Essex, Londres, con visita al Jamboree incluida.
Eso sí que fue la locura.
¿Qué dicen vuestras familias?
W: los padres y madres de los rutas que van a viajar se han preocupado mucho por estar bien informados de lo que vamos a hacer y cómo vamos a vivir. Para nosotros es una gran responsabilidad por la confianza que demuestran al permitir que sus hijos crucen el océano con nosotros.
¿Y vuestros amigos que no son scouts?
M: les hemos preguntado varias veces a nuestros rutas y nos cuentan que sus amigos lo “flipan” con las cosas que les cuentan, sobre todo porque muchos no entienden por qué en lugar de disfrutar del verano y de la fiesta se complican la vida.
Otros les preguntan por qué lo hacen, si acaso ellos creen que lo que hagan va a cambiar algo en un mundo que está tan “jodido”…
Originan conversaciones muy interesantes.
¿Cómo os estáis preparando en el tema económico?
W: respecto a la economía hemos tenido que agudizar el ingenio al máximo, ya que aunque la estancia allí será económica el vuelo sabíamos nos costaría en torno a 1.000 euros.
Así, aparte de lo que cada uno ha podido ir sacando como profesor particular, etc, hemos realizado infinitas empresas de servicio.
Pusimos un mercadillo solidario, elaboramos bombones caseros para nuestros familiares, hemos hecho de canguros, de payasos en comuniones, celebramos un concierto benéfico.
Y por último hemos puesto en marcha un crowdfunding, un proyecto de financiación en masa para pagar los materiales para rehabilitar los centros.
¿Y a nivel «psicológico» y social? Seguramente el impacto será fuerte…
M: en este aspecto comenzamos nuestra formación en el curso de voluntariado que se celebra todos los años para dar a conocer la realidad de los niños de la calle y formar a los voluntarios de Oikía.
En el plano vivencial la experiencia en el asilo de El Puerto de Santa María nos sirvió mucho como comunidad.
Y durante todo el segundo y tercer trimestre hemos desarrollando un servicio los sábados por la mañana con niños desfavorecidos ayudando a las Misioneras de la Caridad en el barrio del Progreso.
¿Qué sensaciones tenéis cuando falta poco más de 1 mes para partir?
W: Estamos nerviosos porque quedan muchas cosas por pulir: exámenes, vacunas, maletas…
Y la última de nuestras empresas económicas.
Por último, si queréis compartir alguna cosa más, adelante.
M: Pues además de agradecer a la web de scouts.es y al equipo de comunicación de Scouts MSC la oportunidad de expresarnos en este foro y llegar así a más gente, queremos pedir a nuestros lectores su apoyo económico para comprar materiales para rehabilitar Oikía.
Puedes ayudarnos pinchando aquí.
También pueden, si son scouts o responsables, proponer a su unidad o incluso a su grupo scout hacer una aportación colectiva.
Puede ser bonito que, además de mandarles nuestro agradecimiento, compartamos con ellos de alguna forma nuestra experiencia.
Si nos sale bien esta forma de financiación y corre la voz entre los scouts de toda España, quizás dentro de poco sea habitual ayudarnos a través de este medio.
¡Muchísimas gracias por todo!